Improvisar es parte de la naturaleza de la gente que se dedica al cabaret, pues la realidad cotidiana es su materia prima; y dado que ésta es cambiante esos artistas deben estar listos y preparados para ajustarse permanentemente a las circunstancias.
Menciono esto porque Las reinas chulas me lo han vuelto a mostrar de manera contundente, efectiva y muy oportuna con su espectáculo La casa de papel… de baño, que tiene aún dos fechas para poder disfrutarlo (4 y 11 de julio).
Como es obvio suponer, el espectáculo toma su idea de la serie española que ha causado revuelo en el mundo entero; aquí, como en buen trabajo de cabaret le da una vuelta de tuerca social, político, y, por supuesto, irreverente, amén de divertido.
Comandadas por la profesora (Ana Francis Mor), cuatro agentes especiales se alistan para tomar por asalto uno de los sitios clave del dominio masculino: la fábrica de papel de baño. No revelaré aquí las razones ni las estrategias que usan, sólo diré que en medio de la diversión y el ingenio, se dicen muchas, muchísimas verdades, algunas muy crudas, pero necesarias de gritarlas y de escucharlas.
Como siempre, a Ana Francis se suman las otras tres reinas chulas: Cecilia Sotres (Pénjamo), Nora Huerta (Tepito), Marisol Gasé (Jalostotitlán), y una invitada especial que refresca y da brillo a este montaje: Conchi León (Chiquindzonot) la narradora de las aventuras.
He de subrayar que dadas las circunstancia que vivimos veo mucho teatro en línea, y el mejor producido que me ha tocado es el que hacen Las reinas chulas. Su capacidad de adaptación es evidente, y de manera práctica y rápida han encontrado un lenguaje muy atractivo en lo que ellas llaman cabarezoom.
La casa de papel… de baño es una gratísima experiencia, que lejos de lamentarse de no poder estar en vivo, saca el mayor partido posible a la tecnología, y se conecta con otros mecanismos con su público, que disfruta al máximo.
Para poder ver La casa de papel… de baño hay que adquirir las entradas en boletopolis.com. La función inicia las 21 horas.
