Al final algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cedieron a la presión ejercida por el presidente, que incluyó una visita inusitada del Secretario de Gobernación a las oficinas de estos, provocando que en las votaciones de diversos puntos del análisis de la inconstitucionalidad de dicha ley, no se resolviera como debió ser, declarándola inconstitucional, ya que para que operara la llamada “Acción de Inconstitucionalidad”, se requería el voto de ocho de los ministros, y al final cuatro, como ya lo esperábamos, votaron a favor de su constitucionalidad, quedando entonces en esa porción normativa, siete contra cuatro.
Esto de ninguna manera es un triunfo para el presidente, como se trataba de hacer ver en redes sociales al momento de escribir esta columna, porque, al no lograr fijar Jurisprudencia, en un sentido u otro, la citada ley se queda en el estado en el que está, y los juicios de Amparo promovidos por particulares deberán seguir su camino, ya iniciado, ante los juzgados de distrito y lo más probable que de ahí pasen a la Sala de la SCJN, por lo que todavía nadie debe cantar victoria. Debemos poner especial énfasis en todo lo relacionado con el cambio climático y su relación con el sector eléctrico en nuestro país, tema que ignoran, tanto la reforma de esa ley como, el aborto de reforma constitucional que el presidente pretende sea votado en el Congreso la próxima semana. Sin embargo, se reforzaron muchísimos elementos de inconstitucionalidad externados por los señores ministros que podrán ser utilizados por los juzgadores al analizar nuevamente estos asuntos.
Me impresionó favorablemente fue la ministro Margarita Rios Fajart, quien desde el arranque de su intervención señaló en forma por demás contundente que su compromiso es con México y a lo largo de sus intervenciones dejó claro que las reglas incorporadas a la ley en comento son inconstitucionales, grata sorpresa, ya que muchos pensábamos que su voto sería, a favor de los intereses de quien la nombró y no de los intereses del país. Mis respetos.
La “MINISTRO” Norma Piña, merece un aplauso de pie, ya que sus impecables argumentos contra cada uno de los planteamientos del proyecto (chairo) de Loretta Ortiz, debieron ser contundentes para declarar la inconstitucionalidad de toda la ley. La que más me preocupa es la porción donde se pretende declarar constitucional que el gobierno federal revoque los permisos y contratos de generación de energía otorgados con anterioridad, bajo el falaz argumento de que estos hubieran sido otorgados en fraude a la ley, no obstante que cinco ministros señalaron que se viola el principio de retroactividad y seguridad jurídica.
Me extrañan los argumentos y algunos votos emitidos por el ministro Alfredo Gutierrez Ortiz Mena, quien, de la primera sesión a la segunda, cambió de bandera y fue uno de los cuatro votos discordantes. Amigos del Senado especulaban que le ofrecieron a cambio, la presidencia de la Corte. Quien ya no tiene remedio es el actual presidente, Arturo Saldívar, quien, de estar a punto de pasar a la historia como un gran presidente, pasará como quien puso a la SCJN como tapete del presidente.
No olvidemos que falta el estudio de diversos argumentos aún no resueltos.
Héctor A. Romero Fierro