Negocios

Enfrentar lo estructural

Mientras las economías latinoamericanas se enfrentan a la desaceleración, a los conflictos comerciales y a la incertidumbre provocada por los aranceles impuestos por Estados Unidos, México llama la atención por la reducción de la pobreza y el récord en la captación de inversión extranjera directa, en tanto Argentina ostenta uno de los mejores pronósticos de repunte para 2025. Claro, todo con matices: la cifra mexicana se da en el contexto de la desaceleración y de un pronóstico de crecimiento moderado, en tanto que en el caso argentino el crecimiento es en realidad un rebote luego de dos años de recesión.

Cuando los números se mueven por la coyuntura, los titulares de los periódicos suelen generar sensaciones aritmomórficas: a partir de uno o dos datos se puede pensar que la economía va bien o mal como si un sólo dato o un par de ellos representara una tendencia. Pero los datos hay que no solo matizarlos sino ponerlos en un contexto amplio para explicar mejor los grandes fenómenos que nos toca vivir.

Si miramos detrás de los números de coyuntura, la región latinoamericana sigue enfrentando -desde hace décadas- desafíos estructurales que limitan su crecimiento, su reducción de los niveles de pobreza y la brecha de la desigualdad, así como la obtención de mejores resultados en el ámbito social. América Latina en su conjunto es la región más desigual del mundo, con tasas de pobreza que en algunos países supera a la mitad de la población, y padece de problemas de acceso a educación de calidad, de sistemas de salud precarios, baja productividad y competitividad, informalidad laboral y escasa movilidad social, así como tasas de crecimiento insuficientes que -para colmo- tienden a concentrar la riqueza en pocas manos. Y a esto le debemos sumar los problemas de mala gestión, de instituciones débiles y de falta de planificación para el mediano y largo plazo.

En este complejo de carencias, un punto importante es el de la informalidad en el mercado laboral: con empleos precarios, sin prestaciones ni seguridad, millones de personas trabajan mucho pero ganan poco y con ello no consiguen mejorar sus condiciones de vida. La movilidad social limitada o casi nula es tan grave que la mayoría de las personas que nace en situación de pobreza no sale de ella por más que se esfuerce. Esto significa que el gran problema es mejorar el nivel socioeconómico en forma permanente y no sólo temporal.

Invertir más en infraestructura, en mejorar la calidad educativa, en ciencia y tecnología, así como en lo social son parte de los desafíos estructurales que hay que enfrentar de una vez por todas. Si el mundo crece hacia la innovación y el conocimiento, no se puede lograr resultados importantes con una escasa inversión de 0.5 por ciento del PIB en investigación científica, muy lejos de países como Corea del Sur que supera el 4 por ciento. Más allá de los buenos o malos números del momento, la construcción de economías más sólidas y más justas exige hacerle frente a las cuestiones estructurales, las de fondo, las que realmente impulsan.


Google news logo
Síguenos en
Héctor Farina Ojeda
  • Héctor Farina Ojeda
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.