Sí, ya sé… Te encontrabas muy tranquilo con tu rutina, quizás no feliz del todo pues la insatisfacción y la sensación de que algo te falta en la vida suele ser común; pero estando en tu zona de confort y llevando una situación medianamente aceptable resulta cómodo. Bueno, pues lamento informarte que eso se acabó. Si tu propia vida no te ha enseñado a valorar lo verdaderamente importante, a ser fuerte, a buscar el cambio… lo tendré que hacer yo.
No te preocupó ni el cambio climático, ni los incendios devastadores que acabaron con cientos de especies, ni que hubiera gente pasándola mal en la miseria. “Al fin y al cabo qué puedo hacer yo” decías con descaro, mientras tirabas la colilla de cigarro por la ventanilla e ignorabas al anciano que se acercaba a ti pidiéndote que le compraras flores. Hoy seré yo quien te obligue a voltear a ver al de al lado, a sacar de algún lado tu parte noble. O que de una vez por todas te descares mostrando al monstruo que en realidad eres, cuyo odio y resentimiento es más grande que el desear el bien común.
Te obligaré a detenerte, a mirar hacia adentro. Ya es tiempo en que dejes de tapar con el bullicio y la fiesta lo mal que te valoras, lo poco que te conoces. Tendrás que parar para saber quién eres, cuestionar tus creencias y sanar tus heridas. Para que desees arreglarte para ti, porque te amas, porque te quieres ver bien a ti mismo, no por el qué dirán.
¿Estás en una relación de pareja que vas sobrellevando, que aunque es insípida, de tan cotidiana la has normalizado?. Pues ahora será el momento para que afiances y revivas el amor que los unió, o que de plano aceptes que no son el uno para el otro. ¿Y esos hijos que no conocen los límites ni los buenos modales? Ahora tendrás tiempo de recomponer el camino, de jalar orejas si fuese necesario. Si tú no los has obligado a recoger esos cuartos, lo haré yo obligándolos a permanecer ahí hasta que el desorden les harte. Juntos como familia, reaprenderán de valores, siendo la paciencia, honestidad, tolerancia y respeto los más importantes.
¿Los avances tecnológicos te espantan? Pues ahora aprenderás a trabajar desde casa, tu jefe entenderá que no te paga por calentar un asiento, utilizarás el telemarketing y tus hijos la educación a distancia. Entenderás que ya es tiempo de ganarte la vida de otra manera, que necesitas transformarte, rediseñarte, innovar.
Y mientras tú estás guardado, cuidándote y cuidando de los tuyos… yo respiraré. Mi cielo será más azul y tus hermanos del reino animal volverán a sentirse libres de andar, de nadar y volar. Tú perdiste tus vacaciones, nosotros descansaremos de ti.
Sólo espero que al terminar el encierro, al abrir esa puerta, ya no seas el mismo, que hayas aprendido la lección. Que el abrazo sea más sincero, que entiendas que la felicidad no distingue de marcas de ropa o de auto y que necesitas volver a lo básico, a lo esencial. Espero que después de este encierro recuerdes quién eres: Un ser de luz
Atentamente: La Madre Tierra
PD: Y a ti ¿qué te dice el espejo?
