Política

El síndrome que se aproxima

“Siempre haz sobrio lo que dijiste que ibas a hacer borracho”, decía Ernest Heminway; anque quizás debió decir “siempre haz en tu gobierno lo que prometiste en campaña”, sobretodo considerando que el escritor y periodista estadounidense tocó muchas veces el tema de la “enfermedad de poder” que sufre la clase política, al salirse de la realidad y sentirse superior -casi de la realeza- cuando alcanzan el ansiado puesto en el que sienten que tienen el control de sus “gobernados”.

Y es que a estas alturas de la semana, y tras las elecciones históricas que vivimos el día 6 de junio, seguramente varios de los que resultaron ganadores y que alzaron su brazo en gesto triunfalista, comenzarán a experimentar los síntomas del Síndrome de Hubris. Este se caracteriza por ser un transtorno que genera un ego desmedido, en donde el que lo experimenta dejar de pensar en los demás para pensar sólo en su propio beneficio, y por sufrir una especie de “amnesia” a todo lo que se comprometió para ser “el elegido”. Se olvida de pronto de que si están en el puesto que están, no es porque tengan sangre azul ni porque sean de alguna especie de raza superior; sino porque nosotros -quienes con nuestros impuestos pagamos sus sueldos- los elegimos.

Así que a todos aquellos “elegidos” que ahora siguen festejando, sintiéndose superiores a sus contrincantes, recuerden que aunque bien dicen que “prometer no empobrece”, los tiempos ya no son los mismos y la sociedad cada vez tiene los ojos más abiertos. Los que hoy celebran por estar arriba, mañana podrían llorar por estar abajo. Es su obligación velar por quienes los eligieron, que no fue por sus lindas caras -muchas de las cuales aún siguen en mantas que no han retirado- por las que fueron ganadores. Esperamos que queden a la altura de la responsabilidad que representan, pues los tiempos del cacicazgo y de “besarles el anillo” quedaron atrás. Afortunadamente la ciudadanía está madurando y con la ayuda de las redes sociales, sus malas decisiones no pasarán desapercibidas.

Nuestra tarea como ciudadanos será en primer lugar, exigir que exista una clase política de altura, de mujeres y hombres con verdadera vocación de servicio, y eso sólo pasará cuando seamos nosotros mismos los que dejemos de votar por el que a leguas se ve que tiene una vida de dudosa rectitud. Y en segundo lugar, ya que el político llega al puesto, hay que estar atentos a su trabajo, a presionar porque cumpla lo que prometió y a aprender a desarrollar mejor nuestra memoria para saber recompensar o castigar con nuestro voto en el futuro al politico en cuestión. Y por último, sin importar que por quien votaste haya ganado o haya perdido, las campañas quedaron atrás. Ahora es momento de pensar todos en lo verdaderamente importante: México. O a ti ¿qué te dice el espejo?


Gina Serrano

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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