Martes 20 de octubre. 8:35 am. Plena luz del día. Todos aquellos que pensaban que Gil no tendría acuerdo alguno con el Presidente de la República se han llevado un chasco. Ese día ha llegado. Desde hace años y miles de columnas, Gamés recomienda Tafil y Riopan para enfrentar algunos hechos de la vida pública. ¿Y qué creen que recomendó esta mañana el Presidente?: ¡Tafil!
En su conferencia mañanera en Palacio Nacional, el Presidente dijo que ante la detención del general Salvador Cienfuegos, México no puede interferir en un juicio que se lleva a cabo en Estados Unidos porque hay un procedimiento de carácter legal que se tiene que seguir. Liópez Obrador se autonombró intempestivamente vocero del caso y dijo que no le daría la palabra al canciller Marcelo Ebrard, quien podría explicar los hechos con más precisión. “Aunque sea como tomarse un Tafil, me van a estar escuchando a mí, que hablo despacito y no de corrido y me como las eses. Entonces ofrezco disculpas”.
A Gilga no le inquieta ni un quinto que el Presidente vocero ponga o quite eses en su discurso, faltaba más, en cambio celebra que recomiende Tafil. La pregunta muy seria es si él lo ingiere para controlar sus propios ataques de ansiedad: “ahí están, las masacres, ja-ja-ja”. A veces como que el Presidente necesita una dosis de .50 miligramos mínimo. Pero Gamés no se siente superior, ni moral ni físicamente, si Gil no se toma su Tafil se da contra los muros y las muras. Por cierto, el Tafil es alprazolam, un medicamento utilizado para controlar cuadros de ansiedad.
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12:35 pm.
Bien pensado, el Presidente ha hecho un hallazgo inesperado, pero genial: la política Tafil. A don Porfirio hay que darle una dosis baja, .25 miligramos para que no insulte a Mario, pero tampoco se duerma; a Mario le damos su .50 para que duerma como Dios manda; a Lorenzo Córdova, chin, .75 miligramos: vean nomás con quienes tiene que lidiar; a Ebrard nada, él va en caballo de hacienda; López-Gatell necesita electrochoques, la verdad. Ciertamente hay casos muy serios: ¿cuánto habría que darle al diputado Fernández Noroña? Uta. Gil consultó psiquiatras y sabios que recomendaron tres gramos de Tafil cada ocho horas.
Nuestra vida pública sería más serena con Tafil. También es verdad que a algunos comentaristas también se les debería dar una dosis diaria de este noble medicamento. Gilga está puesto. ¿Cómo la ven? Dicho esto, sin la menor intención de un albur químico.
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2:30 pm.
La hora sagrada. El alcohol se contraindica con el tratamiento de Tafil, pero a Gil le importa una almendra (que vale más que un cacahuate). El Presidente pensaba que el general Cienfuegos podría enfrentar su juicio en libertad, pero no fue posible.
El Presidente: “Yo voy a pedir toda la información sobre este tema (...) Voy a estar yo pendiente y le he dicho al general Sandoval que procure no estar declarando sobre este tema. Ahora sí que, como comandante supremo, voy a ser yo el vocero porque es un asunto muy delicado y yo quiero darle seguimiento e informar para que no se preste a un golpeteo injusto contra la institución”. Aigoeii.
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4:30 pm.
Gil no sabe si va o viene. Una nota de Pedro Domínguez en su periódico MILENIO informa que “el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó El Pulso de la Salud, acompañado por el secretario de Salud (cuál), Jorge Alcocer, quien recordó que la respuesta gubernamental y social ante la pandemia de covid-19 ha sido salvar vidas y detalló que hasta hoy 20 estados se mantienen con tendencia epidémica en descenso desde hace cuatro semanas y otros con 20 semanas”. ¿Y entonces los 87 mil muertos son una ilusión de un mago maléfico? ¿Y los contagios?
Y de pronto, un golpe: “Cuatro entidades siguen en una meseta en el control de la epidemia y en ocho se asoma un posible rebrote”. Por favor, no vuelvan loco a Gamés, ¿en qué quedamos? López-Gatell, reiteró que la pandemia en México sigue activa, pero sin embargo, destacó que ya se cumplen 12 semanas de reducción, pero que en la última semana está disminuyendo la velocidad. Sí, pero no, no pero sí, a lo mejor, sólo Dios sabe.
Todo es muy raro, caracho, como dirían en las calles: “Se jodió la bicicleta”.
Gil s’en va
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