Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil meditaba en la vergüenza, ese sentimiento de pérdida de dignidad causado por una falta cometida o por una humillación o insulto cometidos, según el tumbaburros. Una nota de Gabriela Soto de Animal Político informa que “el estrecho margen de diálogo político entre Morena y la oposición se cerró en el Senado: los morenistas se negaron a elegir a un comisionado del INAI y con ello dejaron inoperante al pleno del órgano de transparencia por tiempo indefinido, y desde la vieja casona de Xicoténcatl, que se usó como sede alterna improvisada, durante la noche del viernes y la madrugada de este sábado aprobaron un paquete de reformas promovidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
La oposición tomó la tribuna e impidió que los senadores cumplieran las instrucciones de Liópez: me hacen el favor de plantarles una reverenda madriza a estos conservadores y aprueban estas iniciativas, ¿de acuerdo? Y se oyó un tremendo coro: sí, señor Presidente. Y que no les tiemble la mano, ¿tienen manos? El INAI debe desaparecer. ¿De acuerdo? Sí, señor Presidente.
Rápido, muévanse, el Presidente nos ha citado en Palacio. Y todos los legisladores de Morena y sus aliados se presentaron a la hora pactada, recibieron las instrucciones de Liópez y luego a la sede alterna a cumplir las órdenes del Señor. Un gran regreso al futuro.
Atásquense
Antes de salir de Palacio, los senadores y las senadoras se tomaron una foto con Liópez, el Grande, en uno de los momentos más bochornosos que se recuerden desde que el PRI era el gran PRI. Oiga, Monreal, ¿no le da vergüenza? Obvio, no.
En la casona de Xiconténcatl, los senadores se atascaron y aprobaron en fast track la eliminación del Insabi, la reducción de la edad para ser electo como diputado o secretario de Estado a los 18 y 25 años, respectivamente, permitir que la Sedena opere una nueva aerolínea gubernamental, la iniciativa 3 de 3 contra agresores de mujeres y deudores de pensión alimenticia, así como la Ley Minera, la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, entre otras iniciativas de la gran comilona.
Los legisladores morenistas ni siquiera abrieron las carpetas para leer de que iba la cosa. Liópez Obrador llamó a los legisladores morenistas a “no titubear” y desaparecer al INAI, y planteó que sus funciones sean absorbidas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Ricardo Monreal, calificó de “intransitable” dicha propuesta debido a que su partido no estaba dispuesto a negociar.
Monreal: “Siempre tenemos un final, todos. Yo le diría que nunca estoy anclado a los puestos, soy un hombre de convicciones, no de puestos, y si el final llega, pues llegará” concluyó Monreal. Ni hablar, meditó Gamés, Monreal dio todo y sin medida. Pero resulta que el senador rechazó que el Presidente les “diera línea” sobre el futuro del INAI, y aseguró que se abordaron “los asuntos del país”. Anjá. Y viene la foto sonriente con el Presidente y los precandidatos de Morena a la Presidencia y como dice un amigo de Gil: atásquense ora que hay lodo.
Bloque de contención
De que no había quorum, pero luego sí hubo porque una senadora que se encuentra fuera del país pidió licencia y la suplente llegó como centella.
Germán Martínez, de Grupo Plural, señaló que sesionar en otro sitio fuera del Senado contradice el reglamento, por lo que acudirían ante la SCJN: “El Presidente de la República ha dicho que no le tomen la llamada a los ministros y tampoco a la oposición en el Senado. Pero la oposición en el Senado sí le toma llamadas y sí le hace llamadas a los ministros (…) Tomaremos el teléfono a los ministros y nos vemos en la Suprema Corte de Justicia y en los tribunales de este país”.
Beatriz Paredes en acción: “Aquí estamos los legisladores, en la casa del Poder Legislativo. Defendemos nuestra casa, aquí estamos los legisladores, allá está el Poder Ejecutivo y sus súbditos”.
Total: como dicen los poetas, en chinga y de forma sistemática dispensaron la presentación de los dictámenes e hicieron pocos pronunciamientos. Así, aprobaron uno tras otro los asuntos, antes del cierre del periodo ordinario de sesiones. Manchen, qué cosa hemos visto.
Todo es muy raro caracho, como diría Hesiodo: “La vergüenza ayuda a los hombres o los envilece”.