Política

¿Quién lo alcanza?

El día del debate, los amigos de lo ajeno robaron una joyería de Liverpool en Perisur; Ernesto Cordero, presidente de la Mesa del Senado y militante del PAN, dijo que votaría por Meade, además, una ONG acusaba a Anaya de plagiarle un proyecto. Mientras todo esto pasaba, en Tijuana, en la Universidad Autónoma de Baja California, los cuatro candidatos ensayaban el nuevo formato: caminar, hablar, responder preguntas del público.

Ricardo Anaya se había relajado la tarde anterior al debate pegándole a una pera de box: no lo hace nada mal El Joven Tarabilla, o como se diga; el ciudadano José Antonio Meade fue a misa en el templo de Nuestra Señora de Guadalupe del Río, en Tijuana, Baja California. Liópez había terminado una gira por Jalisco y le informó a la nación que hace seis meses no ve al doctor. El Bronco estaba royendo una de las patas de su sillón con gran profesionalismo. Así se presentaron los aspirantes a la Presidencia de la República para hablar de comercio exterior, seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional.

Gil pensaba (ya empezaron las jactancias) que los debates no modifican significativamente una elección. Gamés tendría que tomar un curso completo sobre los formatos de los debates. Una vez más las novedades en el formato del debate confunden a Gilga, siempre a punto de decir: ah, que tiempoch aquellos en que no había debatech, ni tantos guarismos ni tanta cartulina ni tanta hoja ignota. Total: los candidatos podrían caminar en el escenario, moverse entre el público, hablar y, si les diera la gana decir algunos parlamentos de Macbeth. Mju. Así no es la onda, cierto. En ese formato, cavila Gilga, el ganador natural debería ser el ciudadano Meade, ex secretario de Estado hasta en cinco ocasiones. Pero El Joven Tarabilla no para y se las trae. Gil abrió una bolsa y guardó en ella 5 minutos, por lo que se pudiera ofrecer.

Afuera y adentro

Así empezó el debate moderado por León Krauze y Yuriria Sierra. Liópez dijo una vez más que “la mejor política exterior es la política interior (…) una relación de amistad con EU”. El Joven Tarabilla: “Respetémonos a nosotros mismos”; Meade: “respeto”. Krauze le pide a Liópez: “Deme un parámetro de lo que es el respeto entre Estados Unidos y México”. Liópez le responde: “Con honestidad aquí, en México”. ¿Fuiste al cine? Si, me compré zapatos. “Llevamos 25 puntos de ventaja. No voy a caer en provocaciones”. Todos los candidatos están de acuerdo: con Trump, respeto recíproco. Un segmento guango: el burro no anda en miedo. De pronto todo se convirtió en un programa de Viruta y Capulina: frente a Anaya, Liópez sacó su cartera y la abrazó, “me la puede robar”, dijo.

Mientras El Bronco roía la pata de su silla, Liópez y Anaya coinciden en que hay que aumentar el salario. Meade afirma que la inversión y el comercio no aumentan con el aumento salario. Y en ésas estábamos cuando Liópez y Anaya intercambiaron descalificaciones y Liópez salió tocado de ese encuentro. “Tramposo, farsante”, le dijo Liópez. Anaya le llamó “mentiroso” y le dijo que el supuesto crecimiento de Ciudad de México que tanto presume Liópez tuvo que ver con la venta de Banamex y Bancomer.

Un personaje

Liópez: “El mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”. El debate avanzaba y Liópez estaba casi noqueado. Mientras roía la pata de su silla, El Bronco dijo: “Seré un presidente intinerante (sic)”. El “intinerante” será un “gran intinerador”. Van a perdonar a Gil, el debate resultó bastante zanguango.

Krauze: ¿una medida para disminuir el crecimiento de los opioides en México. Liópez que haya producción de alimentos y haya bienestar en el país y que se termine con la corrupción. Hacer a un lado a la mafia el poder”.

Meade habló bien y a tiempo, pero nada lo regresará del abismo al que se desbarrancó desde la precampaña.

“Anaya es un canallita”, dijo Liópez y de paso inventó un personaje de comic: “Ricky Riquín Canallín”. Sí, los candidatos también hablaron de migrantes y de mariguana. No sé a ustedes, pero a Gil el debate lo aburrió más que un pan con mermelada. Si, el debate lo ganó Anaya, pero no cambiará las tendencias, la intención de voto.

Todo es muy raro, caracho, como diría Henry David Thoreau: Las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrente a un hecho.

Gil s’en va

[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.