Se acercaba el fin de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Gil caminaba de incógnito entre las avenidas buscando títulos para la bien llamada Mesa de Novedades. Lleva por cierto una pequeña maleta que huele a tinta fresca. En ésas estaba cuando oyó a un grupo numeroso de mujeres en protesta por la violencia de género reproduciendo el performance rebelde de las chilenas que se hizo viral en el mundo. Pañuelos verdes, consignas: “el que no salte es macho”. A Gamés le parece buena idea tomar pacíficamente y por sorpresa lugares públicos para hacer aún más visible la indignación, el coraje y la furia por el abuso contra las mujeres.
En honor a la verdad (muletilla patrocinada por Morena y el Presidente), a Gil no le gusta la tendencia violenta de esta nueva ola feminista. Al salir de la feria un grupo de mujeres hizo una pira a las afueras de la Expo Guadalajara con ejemplares de libros que, según entendió Gilga, consideran la homosexualidad, el lesbianismo y el transgénero una enfermedad.
Desde luego se trata, en opinión de Gamés, de un libro pacato de ultraderecha que ofende la diversidad y la libertad individual de las personas. Pues ni esos libros se queman. Esos señores y señoras tienen derecho a expresar sus ideas, por regresivas que sean. No deja de ser una paradoja que mujeres en busca de seguridad recurran a una práctica asociada al fanatismo religioso: la quemazón.
Historia, por favor
Gilga está de acuerdo con que estas jóvenes no están obligadas a saber lo que simboliza quemar libros en una plaza, pero van a perdonar, hay volúmenes de historia. ¿Sabrán lo que fue el Reichstag? No tienen que comprar libros, entren a sus Wikipedias, con eso basta: en toda Alemania se recuerda hoy la quema de libros perpetrada por los nazis. En su “Acción contra el Espíritu antialemán”, los partidarios de Adolf Hitler destruyeron miles de obras de autores el 10 de mayo de 1933.
La tarde del 10 de mayo de 1933, una multitud de 70 mil personas se reunió en el Opernplatz de Berlín. Estudiantes universitarios habían acarreado hasta allí más de 20 mil libros en carretillas y camiones. Pero no se trataba de una velada de lectura, de obras de autores tan renombrados como Heinrich Mann, Erich Maria Remarque o Heinrich Heine.
El propósito de esta noche quedaría grabado en un discurso lleno de odio del líder estudiantil nacionalsocialista Herbert Gutjahr: “Nos dirigimos contra el espíritu no alemán. Entrego todo lo que lo representa al fuego”, gritó el joven estudiante de 23 años para luego arrojar una pila de libros a las llamas de una hoguera alimentada por miles de libros ardientes. Cómo lo oyen, amigas: así se quemaban libros en la Alemania nazi. Unos cuantos días después, el Reichstag, donde se ubicaba el parlamento alemán, ardía, largas lenguas de fuego lo consumieron. Dicho lo cual, amigas, un poquito de por favor.
Primer Informe
Gil no dio crédito y cobranza. Claudia Sheinbaum aseguró que han disminuido la corrupción y acabado con los privilegios de los altos funcionarios públicos, reorientando 25 mil millones de pesos a educación, infraestructura y aumentos salariales.
Bueno, y malo, no se diga más. La jefa de Gobierno destacó que hay avances en educación, obra pública, movilidad, cultura, innovación y seguridad gracias a que encabeza una administración con finanzas sanas, austeridad republicana y coordinación con las 16 alcaldías. Al parecer todo marcha a pedir de boca. El Primer Informe de Labores tuvo lugar en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris: “Iniciamos con un año muy violento, pero hemos logrado reducir la tendencia para estar ligeramente más abajo que el año anterior”. A Gilga se le arrasaron los ojos: “Gobernamos con corazón, con entusiasmo y con convicción”. Gil les tiene malas noticias: el corazón y el entusiasmo gobiernan ciegos y sus resultados suelen ser nefastos. Por lo demás esa idea de que cambiar los números al antojo y antojas parece convertirse en una forma de política de la mentira: ¿qué, cuándo, cómo? Nada cómo esto: le ponemos uno, le bajamos dos y se acomoda de lo lindo: gracias a las finanzas sanas y a la austeridad, la seguridad ha mejorado en Ciudad de México. Perfecto, todo suena muy lógico.
Todo es muy raro, caracho, como diría Paul Valéry: Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido.
Gil s’en va