Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en Sandra Cuevas. Que nadie se alarme, hay pensamientos que llegan sin avisar. La alcaldesa de la Cuauhtémoc se hace notar, eso que ni qué, ya sea cacheteando policías insumisos, lanzando a la multitud pelotas que contienen billetes de quinientos pesos, enfrentando cargos de abuso de autoridad, en fon.
De un tiempo a esta parte, a la alcaldesa le ha dado por disfrazarse de la mujer policía y encabezar operativos a las afueras de los restaurantes que transgreden la ley: esta mesa, ordena con voz de mando, se la llevan; esta jaula de pájaros, la desaparecen de mi vista, pero rapidito, muchachos. Más tarde podrán recoger sus propiedades en un almacén de la alcaldía. Con paso marcial, los zapatos casi militares de Cuevas retumban en las banquetas.
Oquedad
Ahora mal sin bien, Gil cayó en una oquedad de las redes sociales. ¿Quién era? Adivinaron, la alcaldesa de la
Cuauhtémoc ofreciendo un discurso. En el atril y con su atuendo de la mujer policía, Sandra Cuevas dijo: “Si yo no fuera Sandra Cuevas amaría a Sandra Cuevas. Yo quisiera una mujer como Sandra Cuevas. Yo amo a Sandra Cuevas, estoy enamorada de Sandra Cuevas. Amo a Sandra Cuevas. Así ustedes, ámense y quieran ser mejores cada día. Por ustedes mismos, no por nadie más”.
Gil quedó congelado como bajo un rayo del Dr. Frío y caviló: en esta comisión declarativa hay más complejidades semánticas que núcleos narcisistas. La alcaldesa afirma que si ella no fuera Sandra Cuevas amaría a Sandra Cuevas, pero ella sí es Sandra Cuevas, razón por la cual es dable sospechar que no se ama. Además entre tantas Sandras Cuevas, ya no se sabe cuál es la Sandra Cuevas original que sí se ama a sí misma. Un gran lío.
Si Gil no fuera Gamés, amaría a Gil Gamés. Gilga está enamorado de Gilga. ¿Hay problemas con el lenguaje? Ahora le dirán ustedes a Gil si la vida no es misteriosa.
Firmes, Ya!
Una nota de Héctor Usla en su periódico El Financiero informa que “al comparar a Pemex con otras petroleras latinoamericanas con una alta dependencia de apoyo gubernamental, como lo son Petrobras (Brasil), Ecopetrol (Colombia), Empresa Nacional del Petróleo (Chile) y Petróleos del Perú (Perú), se puede observar que la empresa mexicana es la peor calificada por parte de las agencias Moody´s y Fitch Ratings”.
Apenas la semana pasada, la agencia Fitch Ratings rebajó la calificación de Pemex a B+ con una perspectiva negativa, lo que la ubicó como la peor petrolera calificada de la región. ¡Oh, no!
En lo que va del sexenio, la calificación de Fitch a la petrolera mexicana ya bajó cuatro escalones. La Empresa Nacional del Petróleo de Chile es la petrolera mejor evaluada por parte de Fitch Ratings, ya que cuenta con una calificación de A- con una perspectiva estable, lo que ubica a esta empresa con la calificación más alta de la región y con una alta solvencia.
Le siguen en la lista Ecopetrol (BB+, perspectiva estable), Petroperú (BB+, negativa) y Petrobras (BB-, negativa). Para la calificadora Fitch, todos los gobiernos de la región, con excepción de México, lograron implementar diferentes medidas para garantizar que el Perfil Crediticio Independiente (SCP, por sus siglas en inglés) de sus respectivas compañías nacionales de petróleo y gas sigan siendo viables a largo plazo.
Por esta razón, la ‘verdadera’ calificación del SCP de Petróleos Mexicanos sería de ‘CCC-’ (riesgo sustancial y en terreno especulativo), por lo que se ubicaría 10 escalones por debajo de los SCP de Petrobras y Ecopetrol.
Todo es muy raro, caracho, como diría Antonio Machado: “Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos, pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí, no nos asombramos de nada”.
Gil s’en va