Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota de José Antonio Belmont. En una reunión nacional de consejeros del BBVA México, la candidata Sheinbaum aseguró que sólo falta el trámite de la jornada electoral del 2 de junio para declararse ganadora de la elección presidencial.
Gamés no se asusta con las comisiones declarativas de políticos y políticas, pero esta de la candidata de Morena sí lo cimbró: ¿de verdad Sheinbaum cree que las elecciones son un mero trámite? ¿Eso son para ella las votaciones a las que acuden los ciudadanos? Gil quiso meter la cabeza en el mullido sillón como una ave confundida. ¿La voluntad popular como un mero trámite? ¡Diantres! Hubo un tiempo en que el día de la elección, lejos de ser un trámite era única y solamente el día en que se podría reconocer la victoria de un candidato mediante el conteo de votos, la suma de actas y luego la decisión del Tribunal Electoral. Luego no vengan los amigos y las amigas a decir que el comportamiento de Sheinbaum es inexplicable. Qué conste en actas memoriosas: las elecciones son para la candidata de Morena un mero trámite.
Ahora mal sin bien, si las elecciones son únicamente un trámite, ¿quién nombró a Sheinbaum en el alto cargo que ya cree ocupar? ¿Será alguien en Palacio Nacional? Para empezar ya nombró a Rogelio Ramírez de la O como secretario de Hacienda. Sheinbaum trató de tranquilizar a los miembros del Consejo Mexicano de Negocios, ofreció la autonomía del Banco de México, qué generosa; por cierto, la candidata ofrece una autonomía que está en la Constitución. Escrito todo esto, Gil espera el trámite, veremos, porque los hay que se atoran como lo sabe cualquier mexicano que conozca la ciencia de la tramitología.
Más muertos, menos violencia
Gamés lo leyó esta vez en su periódico El Financiero y la nota le pertenece a Andrea Navarro y Maya Averbuch. Liópez anda atorado con las fuerzas armadas y su participación en todos los órdenes de la vida pública. Estas son explicaciones pedidas desde hace años. Así las casas (muletilla patrocinada por el licenciado Bartlett), Liópez justificó el aumento del gasto de la Secretaría de la Defensa Nacional durante su administración: ayudaron a reducir la violencia y aumentar el desarrollo durante su mandato de casi seis años. Mju, los números dicen otra cosa, pero está por demás, con los mentirosos no hay forma.
El Presidente negó que el desempeño en materia de seguridad durante su mandato haya sido peor que el de su antecesor, el ex presidente Peña Nieto. ¿Por qué no nombrar a los ex mandatarios solamente por su nombre de pila: así le parece a Vicente, que no ata ni desata; lo dijo Felipe disfrazado de militar, Enrique no da golpe, a Andrés se le bota muy cañón la canica.
En ese momento el Presidente de México dijo una de las grandes frases de todo su sexenio, y miren que hay para dar y repartir: “No hay más violencia, hay más homicidios que en todo el sexenio”, dijo, brindando información sobre los delitos a nivel federal. “Hay menos robos que en los sexenios anteriores, menos secuestros, menos delitos del orden federal. Donde nos ha costado más es en homicidios, porque se crearon bandas y te dejo la tarea de cuándo crees, fue durante el período neoliberal. Es una labor que requiere de tiempo, pero vamos avanzando”.
Una investigación de Bloomberg News y Presupuesta Policy Consulting S.A. mostró que los fondos adicionales asignados a las fuerzas armadas se han dirigido principalmente a proyectos de construcción, mientras que el presupuesto para entrenar y desplegar soldados se mantiene prácticamente sin cambios en términos reales. Al mismo tiempo, hubo más de 170 mil homicidios desde 2018 hasta marzo, a pesar de un aumento de 150 por ciento en el presupuesto de las fuerzas armadas. ¿Cómo la ve? Si esto no es un fracaso, sabe Dios que pueda serlo.
Reducir la violencia
López Obrador dijo que la creación de la Guardia Nacional y la eliminación de la Policía Federal ha ayudado a reducir la inseguridad y la violencia. Fueron los ahorros de los esfuerzos anticorrupción los que le dieron al Gobierno fondos adicionales para gastar en proyectos que incluyen aeropuertos y sucursales de bancos públicos. “Todo eso nos da dinero, y no tenemos necesidad de pedir dinero adicional a pesar de la caída de la economía por la pandemia”.
Todo es muy raro, caracho, como diría Victor Hugo: “Es una cosa bien extraña la felicidad con que los infames creen merecer el triunfo”.
Gil s’en va