Política

El Presidente canta boleros

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Gil confiesa que se creyó la noticia y le rindió un sentido homenaje a José Luis Perales en el día de su muerte, el baladista de una época. Así y entonces Gilga caminaba sobre la duela de cedro blanco mientras oía: “Mirándote a los ojos juraría / Que tienes algo nuevo que contarme / Empieza ya, mujer, no tengas miedo / Quizá para mañana sea tarde /¿Y cómo es él? /¿En qué lugar se enamoró de ti? /¿De dónde es? /¿A qué dedica el tiempo libre? / Pregúntale/¿Por qué ha robado un trozo de mi vida? / Es un ladrón, que me ha robado todo”. Aigoeei. ¿Cómo la ven? Empezaban los hórridos años ochenta. Con la novedad de que José Luis Perales está en Londres más vivo que usted y Gamés juntos.

Ah, la maldita realidad que estorba a la balada de amor. En ésas estaba Gil cuando pensó esto: después de cinco años de escuchar ecos y rebotes diarios de las comisiones declarativas del Presidente en la mañanera, Gil ha llegado a la conclusión de que Liópez Obrador no canta baladas sino boleros de su autoría. Sí, Gamés se refiere a ese género musical de ritmo lento que surgió en Cuba a mediados del siglo XIX. Es verdad que no se trata de boleros clásicos, esos que bailan las parejas lentamente, o que los tríos llevan de serenata, pero los boleros presidenciales traen toda la carga de las emociones del género: la señal, miénteme, eternidad, alma herida, rayo de luna, furia del corazón, ave de paso, yo soy un humilde cancionero, pero habla aunque quedes vacío de palabras. Y así hasta el fin de los tiempos.

El bolero de Tribunal

El más reciente bolero presidencial ha sido compuesto para el Tribunal Federal Electoral, esta pieza desborda emoción, furia del alma por un desdén: pasaste a mi lado, con gran indiferencia. Liópez Obrador acusó al Tribunal Electoral de manipular y sacar de contexto sus declaraciones en torno al tema de Xóchitl Gálvez, acusándolo de haber ejercido violencia de género y venga el bolerazo: “Se da esta resolución que muestra de cuerpo entero, exhibe a los integrantes del Tribunal Electoral, los magistrados, los exhibe porque mienten, calumnian, actúan de manera falsaria, son capaces hasta de alterar mis expresiones, mis palabras, imaginen qué clase de jueces, árbitros, se tienen en ese Tribunal Electoral. Me acusan de violencia política de género y lo que hacen es atribuirme expresiones que yo no puse en esta conferencia, es realmente grave, ¿pero a qué Tribunal acudo yo?” Pobre Liópez: débil, frágil, víctima de sus críticos.

¿A quién podrá acudir el Presidente para defenderse de todas las injusticias que se cometen en su contra? A ninguna instancia, él no es el comandante de las fuerzas armadas, ni el mandamás absoluto del partido oficial, ni el jefe de 22 gobernadores, no tiene un secretario de Hacienda a quien le da instrucciones y mucho menos un grupo parlamentario que se comporta como pandilla de cadeneros, ni qué decir de la Fiscalía, tan lejana a él y sus deberes republicanos. Pobre hombre, cuánta soledad, solo el pueblo lo acompaña. Es que de veras. ¿Cómo decía el aforismo?: “Un cínico es un hombre que en cuanto huele flores, busca el ataúd”.

La revisión

El presidente Andrés Manuel Liópez Obrador anunció el viernes que sí habrá una revisión a los libros de texto. Habrá conferencias vespertinas. En estas revisiones estará Leticia Ramírez, titular de la SEP, junto con especialistas en pedagogía y docentes. Genial: los libros los hicieron a escondidas, los imprimieron sin dar noticia, se enviaron a las bodegas de los estados y se entregarán a los maestros y los alumnos. En ese momento empezará la revisión con la inexistente secretaria de Educación, pedagogos y docentes. ¿Cómo era lo del dedo y el atole?

De verdad el Presidente se pasa de lanza. Ah,no, Gilga se olvidaba: él es un hombre atacado por la prensa conservadora, un luchador solitario, un héroe del pueblo, un ser de gran corazón que desconoce los billetes y las monedas. Pues empieza la revisión de los libros de texto. No se engañen: se llama simulación.

Todo es muy raro, caracho, como diría el mismísimo Robespierre: “Nadie puede elevarse más alto que los límites de su propio carácter”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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