Política

El derrumbe. Memorias del coronavirus/ LXXXIII

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Lunes 27 de julio. 7:08 am. Amanecer nublado y frío. Inolvidable año de Leona Vicario. El desánimo se ha apoderado del despertar de Gil, quien lee bajo la luz de una lámpara antigua sus periódicos en una tableta, o como se diga. Gamés tocó de nuevo la orilla de las “Coordenadas” de Enrique Quintana, la columna que publica diariamente en su periódico El Financiero. Dice Quintana que cuando pasen los años y veamos hacia atrás veremos con horror que uno de los grandes errores fue dejar las empresas a la deriva bajo la tormenta de la crisis. La consecuencia: “la peor caída moderna en el empleo y la producción, y probablemente el mayor incremento de la pobreza. Indirectamente también ha contribuido a que la pandemia no ceda debido a la búsqueda de ingresos que ha llevado a que mucha gente se lance a las calles”.

Ensombrecido, Gamés farfulló: no tenemos remedio y recordó una frase del Presidente: si van a quebrar que quiebren, refiriéndose a las empresas y la negativa del gobierno a rescatarlas. ¿O se equivoca Gilga?

En la sombra, los relámpagos de los datos: el índice de Actividad Económica cayó a una tasa anual de -21% en mayo. 46% de la población perdió ingresos. Sólo 5% ha recibido apoyos del gobierno. El 93.2% de las empresas sufrieron el impacto del covid y sólo el 7.8% recibieron apoyo gubernamental. La pandemia seguirá y en noviembre estaremos en niveles de contagio parecidos a los de abril, así, como usted lo oye, lo lee y lo ve cada día.

***

12:35 pm.

Mientras tanto, en una nota de Pedro Domínguez en su periódico MILENIO, Gilga se entera de que “el presidente Andrés Manuel L(i)ópez Obrador ofreció una conferencia matutina desde la Base Militar 19 en el ex hangar presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ante la llegada del avión presidencial, en donde declaró su objetivo: ‘Dar a conocer cómo se mal gobernaba al país (…).El propósito de hacer esta rueda de prensa con el avión de fondo es para dar a conocer al pueblo de México cómo se mal gobernaba al país, de cómo había lujos en el gobierno durante todo el periodo neoliberal. Se le daba la espalda al pueblo, sobre todo, a la gente humilde, y los altos funcionarios vivían colmados de privilegios, de atenciones, era un gobierno de ricos para ricos, con un pueblo pobre’”.

Gil se dio un manazo en la frente: ¿estamos locos? Sí. Pasamos por una pandemia de pronóstico reservado, la economía se cae a pedazos y el Presidente llama a la prensa al ex hangar presidencial para que vean al avión de la ignominia.

De pasada, una clase de historia chueca: “Fíjense el nivel de irracionalidad al que se había llegado, el nivel de enajenación, con el lujo, con los privilegios, que se atrevieron a ponerle a este avión José María Morelos y Pavón. ¿Qué decía Morelos en sus Sentimientos de la Nación? Que se modere la indigencia y la opulencia… a lo mejor si le hubiesen puesto Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, Carlos Salinas de Gortari, tendría más apego a la realidad”, expresó el Presidente. La verdad, Gil le hubiera puesto Mario Moreno “Cantinflas”. El Presidente de México desciende del avión “Cantinflas” ante los aplausos del pueblo. Suena bien, ¿no?

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2:30 pm.

La hora sagrada. ¿Quieren oír un chiste de carpa? Va: el director de Banobras, Jorge Mendoza, destacó que la aeronave TP-01 se encuentra en perfectas condiciones, pues “se ha hecho un gran trabajo de preservación y mantenimiento con la Sedena y la empresa Boeing (…). Me atrevería a decir que después de 1 año y 7 meses, la aeronave se encuentra en mejores condiciones de lo que la recibimos”. Gil se derrumbó sobre la duela de cedro blanco víctima de un ataque de risa: ¿mejor de lo que la recibieron? ¿Qué le hicieron? ¿Le pusieron jacuzzi, chimenea, caballerizas? Es que de veras. Después de cabalgar en un purasangre dentro del avión presidencial, el Presidente descendió del “Cantinflas” inspirado y lleno de vida. Ya en serio, Gilga no comprende, ¿lo van a vender o lo van a rifar?

Si los contagios de la pandemia crecen, si la economía se desmorona, el Presidente ofrece un paseo por el “Cantinflas” y obtiene un día de tranquilidad.

Todo es muy raro, caracho, como diría Alberto Moravia: “Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado”.

Gil s’en va
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Gil Gamés
  • Gil Gamés
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  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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