Política

Dante en su laberinto

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil reconoció que entrar al laberinto es fácil; salir, muy difícil. En ésas está Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano. Los primeros pasos en el laberinto fueron firmes: nosotros vamos solos a la elección; ya hemos ganado dos gubernaturas; con el PRI ni a la esquina. Dentro del laberinto, Dante y sus más cercanos oyeron las voces de críticos y observadores pidiéndole que recapacitara y que le entrara a la feria, que su participación aumentaba grandemente la posibilidad de ganarle a Morena la elección del 24. Él se negó y se internó en el laberinto.

Distintas organizaciones sociales y la alianza del PRI, el PAN y el PRD encontraron de pronto a una candidata natural, sin miedo, bien puesta, que trajo de inmediato innumerables (in-in) adhesiones: Xóchitl Gálvez. Hasta ese lugar del laberinto llegó entonces la voz de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, estado insignia de MC. Alfaro criticó a Dante por aislarse, por evadir la cercanía del diálogo y la necedad de la negación (ne-ne). Y Dante avanzó en el laberinto.

Ciertamente no va solo a la derrota, lo acompaña un grupo de diputados, senadores y algunas figuras notables de la vida política mexicana. Ahora mal sin bien, cada quien va a donde le da su gana, su temperamento, sus ambiciones, sus ilusiones. Dante ha dicho que él se prepara para el 2030, claro, en el caso de que en ese año Dante se encuentre entre nosotros y no en la estrella Nova, lo mismo que Gilga. Vaya confianza en la vida y los años por venir, pero no nos desviemos. Dentro del laberinto se oyeron voces de división y desacato en las filas emecistas.

Cólera

Gil ya lo escribió y lo refrasea: don Dante quiere su partido de él para él, sus 8 puntos, dos gobiernos, dinerito y punto y se acabó. ¿Esa es su ambición? Nadie lo sabe, incluso hay quienes le dan vueltas a la noria fabricando hipótesis interesantísimas, carambolas de ocho mangas y bandas de chalecos, o como se diga. Que conste en las actas periodísticas que Gil ya dijo que Dante quiere ser candidato presidencial de MC.

Gil no se puede ir, Ciro. En efecto, no se irá de estas líneas, pues vio y oyó un fragmento de la entrevista que le hizo Gómez Leyva a Dante Delgado. Ríspida como piedra pómez. Dante se enojó porque Ciro le hizo algunas preguntas que él no pudo responder, al menos tendría que tener armadas unas respuestas; y que se enfada Dante. La sociedad, dijo, no quiere esa alianza. Y Ciro le preguntó, más o menos, Gil cita de memoria: ¿cuál sociedad?, ¿en dónde se dice eso? Y que se enoja todavía más Dante y ya empezó a meterse con los periodistas. ¿En dónde ha visto eso Gilga? La memoria de Gil no registra ninguna mañana en la cual no se infame, injurie, difame a periodistas. Y entonces Dante se adentró en su laberinto; ahora, como decía arriba Gil: difícil será salir, porque de cualquier forma un día hay que salir: no se puede vivir dentro del laberinto.

Extremo

Gilga se enteró de la tragedia que vivió una familia de Nuevo León, un padre, una madre y tres hijos que murieron cuando se desplomó un helicóptero en el que viajaban de vuelta a Katmandú después de hacer una excursión al monte Everest, en Nepal, como parte de una travesía turística en Asia.

Esto le recordó a Gamés al grupo de exploradores que se metió en una caja de zapatos y descendió a grandes profundidades en busca del Titanic. El pequeño submarino implotó. Gil no quiere ponerse sentencioso, pero a las aventuras extremas las sigue la muerte y es común que las encuentre.

De momento, Gil no quiere tirarse en paracaídas, jamás subirá al Popocatépetl por laderas segurísimas, tampoco practicará el interesante senderismo, mucho menos irá a bordo de una lancha por los rápidos de ríos caudalosos. No, Gil esperá tranquilo en su amplísimo estudio.

Todo es muy raro, caracho, como diría Publilio: “En mar tranquila todos son buenos pilotos”. 

Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • [email protected]
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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