De vez en cuando conviene realizar un inventario de nuestras emociones y creencias, así como lo hacemos con nuestra casa y nuestro patio.
Revisar si el tipo de filtros de percepción que estamos utilizando para encarar la vida en el presente, para ver si realmente están siendo efectivos o, de plano, pertenecen a condiciones de vida que sólo existen en el pasado.
Cuando limpias tu casa, seguramente descubres muchas cosas que guardaste pensando que algún día las necesitarías. Probablemente han pasado años y ni siquiera recordabas que estaban ahí. En un acto de madurez has decidido por fin deshacerte de ellas, regalarlas, venderlas o tirarlas a la basura. Así como nos deshacemos de objetos inútiles y de recuerdos físicos inservibles, también es importante arrancar poco a poco de nuestra mente los viejos sistemas de creencias que quizá en algún tiempo tuvieron alguna utilidad o fueron producto de las circunstancias de un pasado.
En el presente, muchos de esos filtros ya son inoperantes. Hay gente que la pasó muy mal en la escuela primaria o en la secundaria, que fue víctima de bullying, que su personalidad introvertida y temerosa, les impidió defenderse y poner límites.
Algunos han desarrollado una desconfianza brutal hacia todas las personas ahora en el presente. Sus viejos filtros mentales de la infancia les están impidiendo darse cuenta que no toda la gente es igual, que así como nos topamos con auténticos malditos, también existen personas maravillosas de las cuales podemos ser amigos y aprender a confiar.
Generalizar a todo mundo es un mecanismo infantil y disfuncional. Tenemos que aprender que nuestras particulares experiencias de vida, fueron sólo eso: nuestras experiencias. No son un mapa del mundo. No representan el territorio real. Llegamos a conclusiones en el pasado a partir de percepciones distorsionadas de la realidad y fue un grave error el nunca haber cuestionado esas creencias.
Es imposible experimentar felicidad o plenitud en el presente si seguimos usando como adultos, los esquemas de percepción que desarrollamos durante la etapa de la primaria o secundaria. ¿Hace cuánto que no realizas una limpieza profunda a tu armario?
