con la autoestima disminuida, es frecuente que la gente haga esfuerzos constantes para agradar a otros; incluso con cosas materiales.
Cuando sentimos que no valemos lo suficiente en nuestra esencia, llegamos a creer que tenemos siempre que dar un extra, o comprar obsequios, y buscamos conseguir a como dé lugar la aprobación de los otros. Muchas personas se sienten presionadas con el tema de los regalos de Navidad y otras fechas especiales. Sobre todo algunos padres de familia que consideran que deben dar a sus hijos regalos muy costosos, para asegurar así la “felicidad” de los mismos.
Afirman que si no se esfuerzan en pagar esos objetos caros, los chicos van a compararse con los vecinos o los primos, y a sentirse menos por no recibir el mismo tipo de juguetes… Ideas tan terribles como equivocadas; el valor de las personas y su autoestima no puede estar sujetos a las posesiones.
Eso es algo que se debe explicar a los niños desde una edad temprana. Nos hemos vuelto esclavos de la mercadotecnia hasta llegar a límites vergonzosos, que convierten las celebraciones en experiencias lucrativas e impositivas.
Esa costumbre de mandar invitaciones para la boda señalando la tienda o el tipo de artículos precisos que se piden para regalo, es de pésimo gusto. Se volvió normal y común, pero es algo vergonzoso. Un regalo es un gesto espontáneo que se da de corazón cuando se siente. No se impone.
Esta Navidad empieza por romper esas cadenas absurdas; lo valioso son los detalles y los gestos.
Si te nace regalar algo y no te implica una merma significativa a tu presupuesto, adelante. Pero no te sientas en la obligación de hacerlo.
Enseña a los pequeños a amarse desde ahora para que una marca de ropa o el costo de un juguete no defina su valor humano.
Hazles sentir que ellos son personas maravillosas y valiosas por sí solas.
De esta forma no crecerán pensando que el amor y la aprobación de la gente tienen que comprarse con dinero o haciendo cosas con las que no están de acuerdo, solo para evitar abandonos.
Edúcalos para entender que el amor no se compra ni se vende. Si algunos no te valoran por lo que tú eres, son ellos los que se lo pierden. _
