Circuló en medios de comunicación que el pasado lunes 15 de enero era considerado “el día más triste del año“.
Describe el sitio de internet de Forbes, que “el ‘Blue Monday’ es un término que se utiliza para describir el supuesto día más deprimente del año y que ese concepto fue popularizado por un experto en bienestar en 2005, quien afirmó que factores como el clima invernal, las deudas y el abandono de los propósitos de Año Nuevo convergen para crear un día particularmente desalentador”.
El tercer lunes de cada año termina generalmente el periodo vacacional para diversos sectores educativos y concluyen también las festividades propias del invierno.
La gente cobra conciencia de que es momento de comenzar a pagar las deudas contraídas a causa de los regalos y las fiestas.
Es momento de retornar a la rutina de las actividades diarias y el trabajo, y disminuye la posibilidad de mayor convivencia con familia y amistades, mismas que se hicieron frecuentes
durante todo diciembre e inicios de enero.
En realidad, no existe un fundamento científico para aseverar que ese día tenga tal particularidad.
Lo que es cierto, es que podemos emplear las fechas de inicio de año para replantearnos nuestros estilos tradicionales de administrarnos, si somos capaces de dedicarle tiempo a la familia y a los amigos sin que tenga que haber fiestas de por medio.
Si estamos siendo personas mesuradas en la manera de gastar nuestro dinero y no realizando compras compulsivas por el placer momentáneo y efímero que genera comprar y endeudarse.
Necesitamos preguntarnos si nuestro trabajo sigue siendo una fuente de gratificación no solo económica sino emocional.
Quizá sea tiempo de cambiar de trabajo o de buscar ayuda psicológica para aprender a disfrutarlo y para equilibrar muchas otras cosas y darnos cuenta si algo está impidiendo mi capacidad de disfrute de la vida.
Porque el trabajo debe ser visto como bendición; como todas las cosas que hacemos en la vida y a las que les ponemos el corazón.
No necesitamos las fiestas de diciembre para sentirnos felices. La vida es una fiesta. Abrir los ojos es una bendición. Cualquier día de enero y del año es bueno para decir “te amo”.