Una persona que se ama a sí misma, con autoestima elevada, no necesita gritarlo ni llamar la atención a toda costa. No vive deseando que todo el mundo se fije en sus logros o cualidades. Sus actitudes no son pretenciosas ni prepotentes, y no necesita la aprobación de los demás; no es excesivamente susceptible a la crítica, porque es consciente de su propio valor y capacidades. Su amor propio no depende de la valoración o el reconocimiento externo. Y no es que la aprobación sea mala; a la mayoría nos gusta la aprobación, pero la clave está en no necesitarla, en no depender de ella para atrevernos a ir en busca de nuestros proyectos y sueños.
¿Qué es, entonces, un ego hipertrófico? Es la falsa sensación de ser poderosos y superiores a los demás, la errónea creencia de tenerlo todo resuelto, y una necesidad neurótica de presumir lo que tenemos para atraer la atención y admiración de otros. La persona con esta falsa autoestima alta es dependiente del reconocimiento, necesita sentirse admirada y tener los reflectores encima. Su vida en redes sociales es un desfile de cosas grandiosas todos los días; todo el tiempo vive eventos excepcionales y grita a los cuatro vientos que es muy “bendecida” de manera sobreactuada. Necesita decirse a sí misma que es lo máximo para ocultar su enorme debilidad emocional.
Este falso ego es fácil de identificar por la excesiva autoafirmación y el desbordado histrionismo en su conducta y manera de hablar. Son esos tipos que entran gritando a un restaurante para saludar a alguien, buscando que todos volteen a verlos y se den cuenta de su presencia. Hablan con voz muy alta y tratan de proyectar solvencia económica, triunfos y una vida completamente resuelta. Dan por sentado que merecen siempre atención y trato especial, y suelen comportarse de forma pedante y prepotente, tratando a los demás como inferiores. La gente que no los conoce a fondo suele pensar que esto es una muestra de elevada autoestima, pero no es así. Rodearse de este tipo de personas no resulta en nada benéfico porque no les es fácil reconocer errores y suelen tener vínculos bastante infructuosos. No son la clase de amistades que le aportarían algo positivo a tu vida.
