“Vivir mata” dijo Perogrullo. Sin embargo la vida es corta si no hacemos caso de los riesgos y aburrida si les hacemos demasiado caso. Yo no me tiraría en un bungee o en un paracaídas. Pero salgo al desierto y ando en bicicleta.
Pongamos por ejemplo un encuentro con una viuda negra. Entre la aracnofobia prevalente y la mala información, quizá nuestro primer impulso sea apachurrarla o rociarla de insecticida.
Pero dígame: ¿Cuántas personas han muerto en La Laguna por la picadura de una viuda negra? Me atrevo a decir que poquísimas. ¿Cuántas han muerto el último año en La Laguna? Cero. ¿Cuántas la última semana? Obvio, cero. Estoy adivinando pues no existen estadísticas, pero en México es mucho más frecuente el envenamiento por alacrán, seguido por serpiente y luego por araña. Menos del diez por ciento son casos fatales.
Además, la Viuda Negra no es agresiva sino tímida y solitaria. Busca escondites oscuros. Pero si la molestamos puede atacar.
Pues bien, la última semana traje de pasajera en mi bicicleta a una viuda negra, muy probablemente Latrodectus mactans. Sucede que un jueves tomé la bici que hacía semanas no usaba y noté telarañas. Siendo una bici negra quizá se camufló. No la vi. Al quinto día saliendo de una junta, en la noche, la vi proyectada sobre el suelo por la luz de una lámpara. Pensé que era una araña grandota, pero en verdad era una viuda pequeña que colgaba de la raíz de un pedal. Nos costó trabajo removerla. Tuve esos días un riesgo leve, pequeño, con la viuda cerca de mis tobillos. Ya en el suelo, retirada de la bici, el riesgo era cero. La dejamos en paz.
En la última semana murieron tres ciclistas atropellados en nuestras calles. Docenas de ciclistas y peatones han muerto en el último año. Caminar y pedalear en Torreón –en La Laguna- conlleva un riesgo que pudo minimizarse si alguno de los últimos tres alcaldes hubiera cumplido su promesa de construir una red de ciclovías y adecentar las banquetas. En la semana también murió un motociclista al caer en una zanja –quizá de SIMAS- sin la debida señalización.
Mucho más peligroso que la viuda negra es tener gobernantes sin visión y sin empatía. Sus decisiones, o su valemadrismo, o su ineptitud, causan más daño que cualquier ponzoña.
[email protected] / twitter.com/@fvaldesp
