El pasado viernes se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Como todas las efemérides, ésta debe ser ocasión para reflexionar y para celebrar.
En medio de la pavorosa pandemia hay mucho de qué hablar.
Como dice el Dr. José Sarukhán, la destrucción ambiental nos ha llevado a entrar en contacto con animales que portaban patógenos muy peligrosos para nuestra salud de manera que seis de las pandemias más importantes nos han llegado de la fauna silvestre.
La culpa no es de esos animales sino nuestra intromisión indebida en sus hábitats. Intromisión alimentada por nuestra soberbia, nuestra avaricia y nuestra desproporcionada población. Sin ir más lejos, la gripe que esparce su miseria cada año es resultado de este contacto.
Si de algo debió haber servido esta celebración fue para pensar estos asuntos y para hacer votos por reforzar la defensa ambiental.
Si no como una tarea ética elemental, entonces como una estrategia de supervivencia.
Pero en México, desgraciadamente, el gobierno viaja en sentido contrario. Este fue el 5 de junio más apagado y deprimente del que tenga memoria.
El gobierno está inmerso en una campaña demencial de demolición institucional.
En la óptica soberbia del presidente, lo único que vale son sus ocurrencias que nos llevarán, según él, al desarrollo y la felicidad. Dentro de esta campaña sin cuartel de acoso y derribo está destruyendo a las instituciones y a la legalidad ambiental, pro-ductos de tantas luchas de la sociedad civil y la academia.
Este viernes, cuando deberíamos estar de fiesta, se ha alzado la voz de alarma sobre la destrucción inminente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Conanp, encargada del cuidado del capital natural de las mexicanas y los mexicanos y la Comisión para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, la Conabio, ejemplo mundial de como generar información e indicadores ambientales para la toma de decisiones.
La Conanp y la Conabio venían ya de una ruta de crueles recortes del Peñismo, pero lo que ahora se propone hacer este gobierno es mucho más radical y definitivo.
Es la hora de los ciudadanos. De alzar la voz y salir en su defensa.
Perezgasga (twitter.com/fvaldesp)