Cultura

Villa, La Laguna y la Revolución Mexicana (1)

  • 30-30
  • Villa, La Laguna y la Revolución Mexicana (1)
  • Fernando Fabio Sánchez

La historia de Torreón está ligada a Francisco Villa, quien tomó varias veces esta plaza, sobresaliendo los encuentros de 1913 y 1914.

En la batalla del 13, la división ganó el Niño, el cañón poderoso que se convertiría en la mascota del ejército; en la confrontación del 14 y, luego, de la de Zacatecas, inició la derrota del régimen de Victoriano Huerta.

Cuando Villa estaba ya casi derrotado, Torreón volvió a ser suyo en 1916; sin embargo, el amor glorioso no pudo renacer de las cenizas.

Las referencias a Torreón dentro de la literatura —ya sea de ficción o periodística— y del cine de argumento sobre Villa son frecuentes; más que nada en relación con la toma de marzo y abril de 1914.

Por ejemplo, los primeros capítulos de la novela Vámonos con Pancho Villa (1931) de Rafael F. Muñoz tratan del encontronazo entre villistas y federales en la Laguna; los últimos comandados por el general José Refugio Velasco.

Asimismo, encontramos los artículos del joven periodista estadounidense John Reed, nacido en Portland, Oregon, y agrupados en el libro Insurgent Mexico (1914), traducido al español como Reed. México Insurgente.

La cuarta parte de esta obra narra el avance de la División del Norte hasta Gómez Palacio, liderada por el Centauro y su admirado militar de carrera, el general Felipe Ángeles.

Los pasajes de estas obras son dramatizados en los filmes homónimos Vámonos con Pancho Villa (1935) de Fernando de Fuentes y Reed. México Insurgente (1970) de Paul Leduc.

Incluso, el filme de De Fuentes ubica en “Torreón” dos de las más importantes secuencias del cine de la Revolución mexicana: el parlamento entre los Leones de San Pablo y el general Velasco, con bigotes a la káiser, y la caída de Melitón Botello en “el círculo de la muerte”.

No obstante, es extraño que son escasas las apariciones de Torreón en el pietaje documental que ha sobrevivido. Este hecho parecería decepcionante.

Sin embargo, existe una posible explicación para tal ausencia, y esta tiene que ver con la misma forma en que ocurrió la toma de Torreón en 1914.

La División del Norte se estacionó en Tlahualilo. Empezó sus ataques por el lado de Gómez Palacio. En ese momento, esa población y su ciudad hermana estaban defendidas por cerca de 10 mil federales.

Una barricada de pelones se encontraba muy bien parada en el Cerro de la Pila. Desde allí, los villistas parecían un blanco fácil.

En total, los de la División del Norte eran 16 mil, entre soldados, soldaderas y añadidos aventureros. 

Para evitar la caída de todos ellos, Villa ordenó atacar de noche. Y todo se volvió un escenario de relámpagos rojos, literalmente.

La película de la HBO, And Staring Pancho Villa as Himself (2003), protagonizada por Antonio Banderas (quien actúa como Villa) narra con brevedad este ataque, quedándose como un débil reflejo de esta batalla luciferina.

No obstante, este filme presenta con detalle el romance de Villa con el cinematógrafo. 

En la segunda mitad del 13, el caudillo ofreció a varias empresas de cine estadounidenses los derechos para filmar sus batallas.

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