Segunda y última entrega sobre las películas que han retomado a músicos de diversos géneros populares, como introducción a la próxima reseña sobre el filme de Elvis.
Multigenérico
El universo del Hip-Hop ha sido capturado en Letras explícitas (StraightOuttaCompton, Gray, 2015), sobre la formación de N. W. A.; Notorious (Tillman Jr., 2009) con JamalWoolard y la auto referencial de Eminem, titulada elusivamente 8 millas (Hanson, 2002). Además, se retomaron lances roqueros en TheDirt (Tremaine, 2019), acerca de MötleyCrüe; Mi nombre es John Lennon (NowhereBoy, Taylor-Johnson, 2009), centrada en la adolescencia del ex Beatle y su difícil relación con la tía Mimi; Control (Corbijn, 2007), recuperando la historia de Joy Division, banda tan importante como breve, y de su atribulado vocalista Ian Curtis, encarnado con plena intensidad por Sam Riley.
Asimismo, se han revisado algunos conocidos cantantes como en La música del silencio (Radford, 2017), donde Antonio Banderas se asume como Bocelli; Tom Hiddleston hizo lo propio en Hank Williams, una voz a la deriva (I Sawthe Light, Abraham, 2015), mientras que el grupo TheFourSeasons fueron retratados en Jersey Boys: persiguiendo la música (Eastwood, 2014); Liberace en Detrás del candelabro (Soderbergh, 2013) con Michael Douglas y Matt Damon en plan de pareja conflictiva; Héctor Lavoe en El cantante (Ichaso, 2006), interpretado por Marc Anthony con todo el sabor necesario, y Bobby Darin en Beyond the Sea (2004), proyecto de Kevin Spacey, quien dirige y protagoniza al vocalista.
Desde hace algunos años, varias figuras de la música se han visto retratadas en pantalla tal como se advierte en las cumplidoras Rocketman (Fletcher, 2019), con Taron Egerton dejando todo en la interpretación; Blaze (Hawke, 2018), sobre la vida y trascendencia de Blaze Foley (Ben Dickey), una de las leyendas del movimiento conocido como Texas outlaw; El joven Morrissey (Englandis Mine, Gill, 2017), repasando el previo a la formación de The Smiths con Jack Lowden en el papel protagónico; Amor y compasión (Pohland, 2014) posó su mirada en la genialidad de Brian Wilson y sus dificultades mentales en dos periodos de su vida, interpretado por Paul Dano y John Cusack, en tanto que I Feel Good: la historia de James Brown(GetOn Up, Taylor, 2014), recorre el tránsito de este showman único asumido con plena convicción energética por Chadwick Boseman.
André 3000 se metió en la piel de Hendrix en Jimi: AllIsbyMySide (Ridley, 2013), mientras que Gainsbourg (vida de un héroe)(Sfar, 2010) propone un recorrido del afamado cantautor francés (Eric Elmosnino) desde la ocupación nazi en París, su reconocimiento absoluto en los sesenta y los años posteriores.Joaquin Phoenix y Reese Whiterspoon caminaron por la cuerda floja de la relación romántica entre dos reconocidos cantantes en Johnny & June: Pasión y locura (Walkthe Line, Mangold, 2005); LastDays (Van Sant, 2005) con Michael Pitt en el rol de un músico con clara referencia a Kurt Cobain, el reto de plasmar en la pantalla la historia de otra figura musical de largo alcance en crstas de las trayectorias de composi y Jammie Fox asumiendo el reto –bien librado- de plasmar en la pantalla la historia de otra figura musical de largo alcance en Ray (Hackford, 2004).
Figuras prominentes del jazz están presentes en la cuestionada Green Book (Farrelly, 2018), donde se presenta el tour del pianista Donald Shirley (Mahershala Ali) por el sur racista y profundo de los Estados Unidos en los sesentas; Django(Comar, 2017), con Reda Kateb en el papel del gran guitarrista huyendo del París ocupado; en Miles Ahead (2015), exploradora mirada del genial trompetista también encarnado por Don Cheadle, quien igual dirige; en Bornto Be Blue (Budreau, 2015), sobre la turbulenta vida de Chet Baker con EthanHawk en el protagónico, sobre todo en su regreso a finales de los sesenta; en Bird (Eastwood, 1988), con impresionante actuación de Forest Whitaker en el rol del genial Charlie Parker; Round Midnight (Tavernier, 1986) presenta a Dexter Gordon en el papel del saxofonista ficticio Dale Turner pero basado en Bud Powell y Lester Young, con todo y cameo de Scorsese y aparición de Hancock y Shorter en plan cómplice.
Mientras que en otra tesitura y de manera oblicua, se retoman a los compositores e intérpretes para bordear sobre su trayectoria sin que necesariamente se trate de una biografía convencional, sino más bien una exploración al personaje en cuestión y su influencia en el desarrollo de la cultura popular: ahí está Mi historia sin mí (I’mNotThere, Haynes, 2007) como ejemplo, con todo y un desfile de actores y actrices en plan dylanesco como Cate Blanchet, Christian Bale, Heath Ledger, Richard Gere, Ben Wishaw y Marcus Carl Franklin. Todos somos Bob Dylan y al mismo tiempo, nadie lo es.
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