La Universidad tiene el compromiso social de generar propuestas de incidencia en temas relacionados con la precariedad y la criminalidad.
No se puede comprender a una institución de educación superior alejada de las necesidades de la población más vulnerable; cabe recordar que una de las máximas de dichas instituciones, además de formar profesionales, es la de contribuir en la reducción de la brecha de desigualdad.
La Ibero Torreón consolida a finales de 2021 el Observatorio de Violencias Sociales y Experiencias Comunitarias como una estrategia académica enfocada en comprender los factores que producen diversas violencias en la región, y, además, documentar las prácticas comunitarias de resistencia social que se generan en la Laguna.
No obstante, el compromiso se debe entrelazar con las autoridades de los tres órganos de gobierno, para contribuir al desarrollo e implementación de políticas de seguridad basadas en evidencias que puedan incidir en la prevención y control de múltiples formas de violencia.
Así mismo, la colaboración con la sociedad civil debe plantearse desde un formato horizontal, donde exista un proceso dialógico para comprender las coyunturas que surgen desde la adversidad.
La academia no debe imponer sus conocimientos, sino que en conjunto con la comunidad debe construir herramientas que garanticen la justicia y la memoria de las víctimas directas e indirectas.
Otro vínculo obligatorio se debe generar con distintos foros educativos, con la intención de consolidar redes de investigación para compartir espacios de discusión metodológica y teórica sobre los elementos de las violencias regionales.
El Observatorio permitirá el desarrollo de conocimiento científico al servicio de la sociedad.
La transversalidad entre academia, comunidad y gobierno generará oportunidades para nuevos diálogos y la producción de dispositivos socioacadémicos enfocados en la construcción de acciones encaminadas en promover la paz y la justicia.
