Política

Citoyenne

La primera vez en la historia de la humanidad en que la genuina igualdad femenina se manifiesta en el lenguaje popular de uso ordinario es precisamente a raíz del asalto de las mujeres y hombres de París el 14 de julio de 1789 en la toma de la Bastilla, el signo de la opresión del poder monárquico de origen feudal.

“Ciudadana”, “ciudadano” se vuelven las palabras de moda, repetidas en la euforia popular. Basadas en los valores de la nueva convivencia ética de las masas: la fraternidad de mujeres y hombres, la libertad estrenada, la igualdad convencida. La nueva ética.

Cuenta el Éxodo, uno de los más fascinantes libros de la Biblia, que los hebreos se quejaron amargamente a su conductor, el príncipe Mosis de egipcio, porque en el desierto del Sinaí, a donde los habría conducido, padecían hambre y sed y añoraban las olladas de carne con ajos y cebollas que comían en su esclavitud en Egipto.

Moisés (para nosotros) después de haberse internado en lo abrupto del monte, bajó con las Tablas de los Diez Mandamientos. El noveno, declaradamente machista, dice a la letra: “No desearás la mujer de tu prójimo”.

En este mismo espacio de expresión hemos comentado en ocasiones anteriores que existe una diferencia entre el concepto de ética y el de moral.

La moral es un código de conducta humana que deriva de una concepción religiosa. Como es el caso específico de los Diez Mandamientos, derivados de las Tablas de Moisés. Son hoy la referencia de importantes religiones en la Humanidad: la hebrea y varias congregaciones cristianas como: la ortodoxa, la católica romana y las evangélicas.

La ética, en cambio, es igualmente un código de conducta en la convivencia humana, si bien sus lineamientos derivan de la racionalidad.

Como hemos comentado aquí, la propia Iglesia Católica, como institución, en la formación profesional de sus ministros, los sacerdotes, establece dos etapas en los estudios; en la primera fase, la filosófica, incluye la ética racional.

En la segunda etapa de estudios, los propiamente teológicos, incluye la moral, basada precisamente en los Diez Mandamientos, en las doctrinas de Jesús el Nazareno y de los Padres de la Iglesia.

Precisamente en fecha reciente el Papa actual: Francisco ha publicado un conmovedor documento titulado Fratelli Tutti, Hermanos todos. Tristemente, en medio de estas circunstancias que nos abruman, no ha sido suficientemente analizado y comentado. Justo cuando la fraternidad universal, como valor ético republicano y también el valor moral supremo, más nos hace falta.

Casi desapercibido pasó también que la Iglesia Católica eliminó de su catecismo (moral) la pena de muerte como lícita, después de dos mil años a pesar del Quinto Mandamiento.

Dijo el Nazareno: “Y el segundo es tan importante como el primero: amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

P.D. Habrá que volver con algunas reflexiones sobre la encíclica Fratelli Tutti, en especial los párrafos 119 a 124: el concepto cristiano de propiedad que ha escandalizado a algunos jerarcas. 


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Esteban Garaiz
  • Esteban Garaiz
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