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Don Eugenio Garza Sada y el Ideario Cuauhtémoc

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  • Don Eugenio Garza Sada y el Ideario Cuauhtémoc
  • Eduardo Javier González

La esquina de las calles Villagrán y Luis Quintanar, en Monterrey, sirvió de marco ayer para inaugurar un memorial y recordar la vida, obra y valores de don Eugenio Garza Sada.

El memorial consta de una placa y un camino que conduce hasta un encino recién plantado. A un lado se colocaron otras dos placas, una con el rostro de don Eugenio, y en la otra su filosofía de vida, condensada en el Ideario Cuauhtémoc. El tributo ofrecido fue a iniciativa de un grupo de colaboradores, actuales y jubilados, de FEMSA.

De entrada, uno pudiera preguntar a quién le importa esto, si estamos en Tampico; la respuesta está en los lineamientos del citado ideario, aplicables para cualquier empresa de Tamaulipas, México y el mundo. Aquí algunos de ellos:

-Reconocer el mérito en los demás. Por la parte que hayan tomado en el éxito de la empresa y señalarlo de manera espontánea, pronta y pública. Usurpar ese crédito, atribuirse a sí mismo méritos que corresponden a quienes trabajan a las órdenes propias, sería un acto innoble, segaría una fuente de afecto e incapacitaría para comportarse como corresponde a un ejecutivo.

-Controlar el temperamento. Debe tenerse capacidad para dirimir pacífica y razonablemente cualquier problema o situación, por irritantes que sean las provocaciones que haya que tolerar. Quien sea incapaz de dominar sus propios impulsos y expresiones, no puede actuar como director de una empresa. El verdadero ejecutivo abdica el derecho a la ira.

-Nunca hacer burla. De nadie ni de nada. Evitar las bromas hirientes o de doble sentido. Tener en cuenta que la herida que asesta un sarcasmo, nunca cicatriza.

-Ser cortés. No protocolario, pero sí atento a que los demás encuentren gratos los momentos de la propia compañía.

-Si uno es vanidoso, hay que ocultarlo. Como el secreto más íntimo. Un ejecutivo no puede exhibir arrogancia ni autocomplacencia. Cuántas veces los fracasos de hombres bien conocidos confirman el adagio de “el orgullo antecede a la caída”. Cuando uno empiece a decir que otros empleados son torpes, o que los clientes son mezquinos o necios, habrá empezado a meterse en embrollos.

Quien pretenda ser líder, deberá prestar atención a este ideario concebido por un emprendedor mexicano de excelencia.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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