En épocas de pandemia, hay más de un vival que aprovecha el desconcierto y la falta de atención a problemas no prioritarios, para jalar agua a su molino. Ya sea con la complicidad de funcionarios de alto nivel de los tres niveles de gobierno o bien que la incertidumbre sanitaria les de beneficios y entonces, como dice el dicho, “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Pero el aprovecharse del desconcierto y buscar la complicidad de los corruptos tiene severas consecuencias, como la probabilidad de dejar sin agua a miles de personas solo por satisfacer un capricho de gente con tanto dinero, que muchas veces no sabe gastarlo y prefiere darse un gusto excéntrico. Sin importar el daño ecológico que pueda causar y menos el impacto negativo en lo social.
Tal es el caso de algunos hombres de dinero de México, que han decidido por caprichos y gustos fuera de lugar, destruir el ecosistema de la cuenca de Valle de Bravo, Temascaltepec, Amanalco y Tiloxtoc. Además de darse el lujo de obtener permisos y apropiarse de espacios considerados como áreas naturales protegidas, antes propiedad de la nación, hoy bienes privados.
Magnates dueños de inmensas fortunas producto de sus negocios, han logrado los permisos de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, SEDATU, para hacerse de predios considerados de reserva natural y construir ahí mansiones, fraccionamientos residenciales, lagos artificiales y campos de golf, así como hípicos para la práctica de actividades ecuestres.
Además de esos permisos, también cuentan con el aval de la residencia regional de la Comisión Nacional del Agua para desviar los causes de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec y Tiloxtoc, que forman parte del sistema Cutzamala y que son parte de los escurrideros que abastecen la laguna de Valle de Bravo.
La complicidad de las diversas autoridades es obvia, pues han dado el aval para la urbanización de las zonas naturales protegidas y permisos de uso de suelo para la construcción de viviendas desde noviembre del año pasado, de acuerdo con la asociación civil Observatorio Ciudadano de la cuenca Amanalco-Valle de Bravo, los ríos Malacatepec, Amanalco, Tiloxtoc y Valle de Bravo han sido desviados los cauces para abastecer lagos artificiales privados, con extensiones de más de cinco hectáreas. Eso provocó que este año la laguna registrara bajos niveles de almacenamiento por debajo de 50 por ciento de su capacidad.
De acuerdo con los estudios elaborados por el Observatorio Ciudadano de la Cuenca, existen 200 lagos artificiales que acaparan más de un millón de metros cúbicos por día, lo que repercute en las deficiencias del servicio de agua del sistema Cutzamala, que atiende a los habitantes del Valle de Toluca y la capital del país y su zona conurbada.
Lo cuestionable es ¿Por qué la Sedatu autorizó que los predios de zonas naturales protegidas se convirtieran en propiedad privada? Los tres niveles de gobierno deben responder numerosas dudas, pero lo más importante es que detengan este ecocidio y rescaten la cuenca y las zonas naturales protegidas.
Eduardo Garduño Campa