Que el secretario del Trabajo del Estado, Román Alberto Cepeda González, es otra de las cartas de las que el PRI podría echar mano para buscar recuperar la Presidencia Municipal de Torreón. Con 20 años en el servicio público, Román Cepeda ha sido diputado local, secretario de Fomento Agropecuario, comisionado de la Vivienda, delegado regional de Sagarpa, perdedor de una diputación local y hasta buscó contender por la Gubernatura.
Expediente limpio, hasta donde se sabe, y lealtad serían entre otros factores, que consideraría el tricolor para decidirse por este político de 54 años, sobre otros como Xavier Herrera o Shamir Fernández. Claro que para el PRI y el gobernador Miguel Riquelme la prioridad es reposicionarse en las elecciones del próximo octubre para renovar el Congreso del Estado.
Que nadie recuerda que el alcalde de Matamoros Horacio Piña se hubiera declarado enfermo de covid-19, tampoco que hiciera públicas las pruebas que se practicó. Ayer en redes sociales el extraño político dio a conocer que ya había superado el mal y que estaba listo para incorporarse a sus labores. De plano cuando crees que todo sucedió en Matamoros, se superan los servidores públicos.
Que Marcelo Torres está mas que apuntado a contender por la candidatura de su partido a la alcaldía, de Torreón en el futuro periodo. Lo mismo se dice de Astrid Casale de Zermeño. Pero en el mundo pandemia, los virus que circulan no son sólo los que afectan nuestro cuerpo, también los rumores y la grilla a destiempo. Torres tendrá que luchar con una maquinaria interna que lo ve con desconfianza y los fans de la primera dama. Sin embargo, no hay nada para nadie.
Que una legisladora presente ayer en la rueda de prensa de Morena en Gómez Palacio a pesar de que juró hacer respetar la Constitución Mexicana cuando tomó protesta como representante en el Congreso, señaló que iría contra lo que juró respetar por “apoyar a los ciudadanos”. Por ser popular e ir a favor de los ciudadanos, es fácil traicionar un juramento.