Que no se puede negar que en Jalisco se montó un gran show de autoelogio, donde toda la plana mayor de la fiscalización mexicana se reunió para darse palmaditas en la espalda y repetir hasta el cansancio la palabra mágica: “prevención”. Suena muy loable, ¿verdad? La idea de que la mejor auditoría es la que evita el desfalco, no la que lo descubre años después. El auditor local Jorge Alejandro Ortiz Ramírez habló de “información en tiempo real” y David Colmenares declaró a Jalisco como “ejemplo nacional”. Muy bien. Pero la cruda realidad es la que desnudó la diputada Salas: 152 auditorías, 380 observaciones y ¡660 millones de pesos en “irregularidades”! Es decir, mientras los altos funcionarios discuten en un auditorio cómo prevenir, afuera el sistema sigue escupiendo cifras obscenas de mal manejo. Esas “omisiones y desconocimientos de la ley” de las que hablan suelen ser el eufemismo favorito para la clásica triquiñuela: “Ay, se nos pasó... no sabíamos...”.
Que el gobernador Pablo Lemus no solo dice no a la invitación a la fiesta del IMSS-Bienestar; sostiene la puerta bien cerrada a la Federación y vuelve a marcar un territorio muy claro. Su metáfora de la “fiesta sin ambiente” es brutalmente efectiva. No es solo un “no, gracias”. Es un: “Miren lo que ofrecen: un desastre documentado (24% de medicamentos) y quieren que les entregue mi sistema que funciona (84% de medicamentos). ¿Están malitos?”. Ese es el límite entre la cortesía institucional y la obligación de defender lo que, según él, sí funciona. La jugada maestra: anunciar su propia “red de hospitales escuelas” como el “modelo futuro de México”. Eso ya no es una negativa, va más allá de eso. Es decirle al proyecto estrella del gobierno federal: No confío en su capacidad de gestión. No les voy a entregar la salud de mis gobernados para que la arruinen. Amén.
Que el Mundial 2026 es la prueba de fuego para el gobernador Lemus, pero el desastre de La Martinica encendió los focos rojos. El debate sobre la infraestructura y la seguridad es crucial, no solo para el éxito de la Copa del Mundo, sino para la vida de los habitantes de Jalisco. La Ciudad de México ya está trabajando en su plan “Ciudad Mundialista”, mientras tanto, en Jalisco, el Estadio Akron, situado a 11 kilómetros de La Martinica, será sede de algunos partidos, pero las lluvias ya son una sombra.