Que hay quienes afirman hace bien el alcalde de Tampico, Chucho Nader en decir a los norveracruzanos que mejor no vengan al sur de Tamaulipas si no tienen a qué; y es que a pesar que es acá donde ya hay Covid-19, la cruda realidad es que los casos que puedan surgir allá lo más probable y peligroso es que ni se sepan. Para explicarlo mejor: si en ciudades grandes se está escatimando la prueba, en aquella región olvidada, ni se diga.
Que por vanidad, al no aceptar sus muchas primaveras, habrá funcionarios y políticos que a pesar de estar en el grupo más vulnerable al coronavirus, no acepten la medida de suspender la chamba para irse a sus casas y evitar riesgos. Son varios tamaulipecos, desde el gobierno federal, estatal y local, pasando por el Congreso del estado y las Cámaras de Senadores y Diputados.
Que quien ve la tempestad y no se hinca es el superdelegado de la 4T José Ramón Gómez Leal pues, mientras el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, debido al peligro de la pandemia, suspendió clases y cerró lugares para evitar que se junte la gente, JR sigue recorriendo el estado muy orondo y poniendo mesas de atención donde puedan acudir los beneficiarios para recibir la beca Benito Juárez. Ha de traer un trébol de seis hojas en la cartera.
Que la que esta vez les llevó la contraria a sus correligionarios de Morena fue la senadora Guadalupe Covarrubias, y es que después que en San Lázaro los diputados de la 4T aprobaron las reglas para la reelección de legisladores, ella se dijo en desacuerdo porque cree que la democracia debe permitir la rotación del poder y no que sea acaparado, exigió no caer en retrocesos. Le echó más leña al fuego.
Que en abril vence el interinato y debía haber elecciones en el sindicato petrolero, pero ni quién se acuerde en estos momentos del proceso para definir al sucesor de Carlos Romero Deschamps, así que seguirán los trabajadores del gremio, por otro rato más, padeciendo los abusos de poder de los dirigentes de las 36 secciones, como Esdras Romero de la 1 en Madero. _
