Policía

Falsos negativos

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A principios de marzo, una amiga a la que llamaré Liz volvió a Ciudad de México con síntomas de coronavirus tras un viaje a Nueva York. Diez días después de iniciar cuarentena, al no sentir mejoría en su salud, fue remitida al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Tras ser valorada, le confirmaron que padecía todos los síntomas pero no le aplicarían la prueba, ya que en el sistema público serían atendidos a fondo solo pacientes que tosieran sangre o no pudieran respirar estando sentados.

Preocupada, se dirigió al hospital ABC para pagar un examen privado que le permitiera saber si estaba infectada. Luego de ser analizada, el médico a cargo le informó, sin entrar en detalles, que no podían entregarle resultados por el momento. Una empleada del lugar, extraoficialmente, le comentó que se les había agotado el reactivo necesario para la valoración.

Liz, quien seguía enferma, acudió a otro hospital privado autorizado (Ángeles Interlomas), donde le aplicaron el examen y le dieron un resultado negativo. El doctor que la atendió ahí le aseguró que la mayoría de los pacientes con síntomas estaban dando negativos, lo cual celebraron como una buena noticia.

Sin embargo, un día después, Liz recibió el resultado pendiente de la prueba que se había hecho en el hospital ABC, en la cual le notificaban que había dado positivo al covid-19. Ante la situación, llamó al hospital Ángeles Interlomas para avisar que el resultado negativo que le habían dado era falso, pidiéndoles analizar lo sucedido, para evitar la generación de una situación de mayor riesgo en la sociedad.

En medio de la pandemia que tiene al mundo en cuarentena ha surgido una desesperada demanda de pruebas rápidas, pero miles de éstas han sido retiradas en países como España, tras detectarse una mala calidad que contribuye a generar confusión y, eventualmente, más contagios al diagnosticar en ocasiones falsos negativos.

“Me parece grave —dice Liz, por fortuna ya casi recuperada del coronavirus— lo que está pasando: carencias, fallas y mentiras. Si le dicen a gente contagiada que no tiene el virus, contribuyen a aumentar el riesgo de transmisión y causan más angustia, ya que te dejan pensando: 'Entonces, ¿qué tengo que no se me quitan estos síntomas?' Quisiera pedirle a la gente que tenga cuidado y, sin alarmismo, que aplique su criterio ante la situación inédita que estamos viviendo”. 


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Diego Enrique Osorno
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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