A diferencia de los modelos que buscan la “lucha contra la delincuencia” o “la guerra contra las drogas”, en los modelos de seguridad ciudadana priorizan la cultura de paz basada en los derechos humanos.
En los modelos de seguridad que optan por el uso de la fuerza normalmente se atienden las consecuencias de la violencia. Mientras que en los modelos ciudadanos el objetivo es erradicar el origen de las violencias.
La seguridad ciudadana es un proceso de construcción de paz social que convierte a las personas en protagonistas de la elaboración de las políticas públicas para que las violencias no atenten contra la dignidad de las personas.
En un estudio realizado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, se enfatiza que en un modelo de seguridad ciudadana es sentido de las acciones policiacas deben estar orientadas por los siguientes criterios:
1. Enfatizar la prevención de los factores que generan violencia e inseguridad.
2. Investigar los crímenes bajo métodos científicos y con estrategias que vayan de acuerdo con las necesidades y prioridades de cada contexto.
3. Implementar controles para el uso de la fuerza, asegurando que ésta sea la última opción, y establecer mecanismos de rendición de cuentas cuando se cometan violaciones a los derechos humanos.
4. Crear ambientes de convivencia pacífica en los que las personas puedan desarrollar su vida cotidiana con el menor nivel posible de amenazas a su integridad.
5. Priorizar los enfoques regionales y locales bajo esquemas de proximidad.
6. Entender los derechos humanos no como un obstáculo para la seguridad, sino como un componente ineludible de cualquier política que se implemente en este ámbito.
Para construir una cultura de paz social es necesario que la ciudadanía deje de ser un receptor pasivo de iniciativas municipales y se convierta en protagonista de las acciones a realizar en cada colonia de la ciudad.
@davidperes_