En la Zona Metropolitana de La Laguna, residen más de 1.4 millones de personas, según el censo más reciente. Imagina que, debido a una orden militar, todas estas personas deben abandonar sus hogares en menos de 24 horas.
Ahora, visualiza a esos 1.4 millones de habitantes de la ZML formándose en el periférico Raúl López Sánchez. La mayoría emprende el camino a píe. Todos en dirección hacia la carretera que conduce a Parral, Chihuahua.
Lamentablemente, la caravana, al llegar a la altura de Soriana Hamburgo, se encuentra con el camino bloqueado. No hay posibilidad de utilizar ninguna otra salida hacia otras ciudades.
Por lo tanto, 1.4 millones de personas quedan varadas en una especie de campamento improvisado, sin refugio, sin agua, sin alimentos, sin servicios básicos, sin ayuda.
El 21 de octubre, la ONU actualizó el número de personas desplazadas de manera forzada debido a las acciones militares violentas del Estado de Israel en Gaza. La cifra supera los 1.4 millones de personas.
La ONU ha emitido una advertencia sobre el hacinamiento en muchos de los lugares de acogida de los desplazados. En la mayoría, se proporciona solamente un litro de agua por persona para consumo e higiene, lo cual está muy por debajo de los estándares internacionales, que exigen al menos 15 litros por persona.
Sojood Najm, una mujer que se aloja en un refugio de la ONU, compartió su testimonio con la Agencia Reuters: "Hace calor en la tienda bajo el sol del mediodía, y hay insectos y moscas. Por la noche hace frío, y no hay suficientes mantas para todos. Todos los niños están enfermos".
Organizaciones internacionales advierten sobre la posibilidad de una epidemia que podría cobrar muchas vidas entre las personas desplazadas. Enfermedades diarreicas, intoxicaciones alimentarias, sarna, infecciones bronquiales y brotes de varicela son algunas de las amenazas.
Ante esta situación, hay una pregunta pertinente: ¿esta era la única forma de respuesta a los ataques terroristas perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre?
