Todo un ejercicio de buena fe supone la consulta ciudadana sobre el destino del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México.
Una práctica inédita que divide opiniones en torno a si la terminal aérea debe cancelarse en Texcoco o apostar por Santa Lucía.
De entrada es positivo que se tome en cuenta la opinión de la población, aunque aquí lo que más se agradecería es que voces calificadas, técnica y moralmente, ayudaran al próximo gobierno a decidir qué proyecto es el que más conviene al país.
También se preferiría que, de haber delitos en los contratos de Texcoco se procediera conforme a la ley contra quienes resulten responsables, no que vengan y nos pregunten dónde debe estar el aeropuerto.
La forma en que se está cuestionando a la gente lo que se tiene que hacer abre espacios a la desconfianza, porque hay que creer en el manejo de la consulta como si fuera la Biblia.
No hay sin embargo garantías de que la voluntad ciudadana no será manipulada en alguna parte de este proceso.
Ayer por ejemplo se daba una cifra de la participación en lo que fue el primer día de la consulta, pero no hay árbitro que valide, ni manera de saber si son números reales o solo cuentas alegres.
Las boletas utilizadas son cuidadas en domicilios particulares, otra vez haciendo un esfuerzo de buena fe para confiar en su resguardo.
En todo esto, la principal interrogante es si se habrá de respetar la voluntad de los ciudadanos o solo se está buscando legitimar una toma de decisión.
La consulta se lleva a cabo cuando el próximo gobierno todavía no entra en funciones y con un ejército de colaboradores que pertenecen abiertamente al partido Morena.
Su metodología está llamando la atención de los observadores, pues la forma es fondo y ésta no se está cuidando.
Habría sido sano buscar un mecanismo para sumar a sectores como la iniciativa privada, asociaciones civiles y organismos de profesionistas, para que también tomaran parte y se mantuvieran vigilantes de todo el proceso.
Hay información que no está clara, precisa, transparente sobre esta consulta en Tamaulipas, eso abre la puerta para las dudas.
Se espera que no sea inútil este ejercicio.
Un ejercicio de buena fe
- De buena fuente
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Cristina Gómez
Tampico /