La violencia psicológica contra Brenda Rubí Ávila Hernández fue tal, que hasta llegó a sentirse avergonzada por caerle mal a su jefe. Creía que el problema estaba en ella y optó por guardar silencio porque, si decía algo, la ponían como la conflictiva.
Ir a trabajar al Instituto Registral en Tampico se convirtió en su infierno. Todos los días era agredida emocionalmente en la oficina, una dependencia del Gobierno del estado que seguramente es la punta del iceberg en materia de violencia de género.
“Se normaliza tanto la violencia que no te das cuenta”. Hoy en día existe una denuncia penal porque no solo los golpes constituyen un delito sino también las heridas emocionales que deja un acoso laboral sistemático.
“El aislamiento, el relegar, el correr rumores, el generar actos para hacerme sentir rechazada fue solo el principio; después vinieron obstáculos a mi trabajo, (el titular jurídico) me baja de puesto y retira prestaciones”.
Puso denuncia ante la fiscalía especializada en atención a delitos contra la mujer, donde tiene la esperanza que se haga justicia. “Tuve que dejar que me hicieran muchas cosas”, “me trató como si yo no fuera nada ni nadie”, acusa de todo ello a Óscar Adrián Márquez Nava, director jurídico del Instituto Registral y Catastral. Prácticamente, asegura, es quien controla las oficinas regionales de la segunda dependencia que más recauda recursos en Tamaulipas.
“Empezó como un cáncer, yo no sentía protección de nadie, tomaba represalias contra las personas que se me acercaban”. Añade que el servidor público tiene aliados para violentarla psicológica y emocionalmente y se empezaron a meter en su vida personal, creando cuentas a su nombre y desprestigiándola, temiendo incluso que su teléfono haya sido hackeado, pues circulan fotografías que solo tiene en su celular y que fueron usadas en redes sociales para difundir información que la difama y calumnia.
Teme que el Ministerio Público no haga eco de su denuncia pues no presenta golpes físicos o heridas, pero sí lesiones emocionales profundas. La denuncia quedó radicada en el sur. Sabe que no es la única. _
