activistas llevan años, décadas advirtiendo que nos podemos quedar sin agua en el sur de Tamaulipas y mucha gente al escucharlos los veía como bichos raros o pensaba que tenían mucha imaginación.
El futuro nos alcanzó y llegó el día en que casi nos quedamos sin agua de botellón, porque la salinidad del agua no permite operar a muchas purificadoras y el producto escaseó. La crisis del agua nos llega en el peor momento, en plenas campañas políticas y veda electoral donde se transita de las promesas fantásticas al vacío de autoridad.
Ocurre también justo cuando Tamaulipas vive un conflicto inédito porque la Cámara de Diputados quiere a Francisco García Cabeza de Vaca fuera del Gobierno del estado para fincarle un procedimiento penal y hay que esperar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos diga si tenemos o no tenemos gobernador.
Hay una sensación de orfandad porque no se ve a ninguna autoridad tomar acciones contundentes contra el ingreso de agua salada y dar a la ciudadanía la tranquilidad de que no se va a quedar sin el recurso indispensable para la vida.
Da la impresión de que no tenemos autoridades, pues no se actúa con rigor frente a la Comisión Nacional del Agua que está obligada a dar soluciones y acelerar la obra que vendrá a mitigar por un tiempo la problemática.
Se agotaron los tiempos en que con costalitos querían resolverlo todo y como los funcionarios federales no viven en la zona conurbada, no parecen dimensionar lo que acá se está padeciendo.
Ayer se dijo que dependemos de que se cumpla el pronóstico de lluvia a finales de mayo para que la salinidad del agua se diluya en el sistema lagunario y acabar con el problema.
Mientras tanto, la Conagua parece no tener prisa en la obra de reparación del dique Camalote que todavía ni licita.
Es un tema de negligencia de gobierno tras gobierno porque, al no ser un proyecto de relumbrón, no le vieron rentabilidad política y nadie movió un dedo frente a la amenaza de que la zona podía quedarse sin agua. Cuántos años se dejó ir la bolsa del Fondo Metropolitano. Tampoco diputados y senadores voltearon a ver el foco rojo… _