El contexto de mi compartir de esta ocasión implica que recuerdes aquello de las habilidades duras y blandas, y su importancia en el ejercicio personal y profesional.
Recién impartí un curso sobre liderazgo orientado a resultados a un grupo de mandos medios y superiores de una empresa.
En uno de los momentos de aportaciones, platicamos sobre la relevancia de poner en práctica el concepto de liderazgo situacional que (muy brevemente) implica tener la habilidad de ajustar el estilo de contacto y gestión con los equipos de trabajo según los diferentes momentos y necesidades de la operación.
Llegamos al tema luego de la aplicación de una herramienta cuyo resultado arrojó una tendencia de liderazgo, según ciertos parámetros de gestión. Tras conocer sus propios resultados, algunos participantes reflexionaban y concluían que no siempre ejercían un liderazgo único, ya que todo dependía de la situación. Y ahí es cuando aproveché para hablar del contacto significativo.
Contacto significativo es esa acción o herramienta que usas para promover la acción esperada, de acuerdo con el conocimiento que tienes de las aptitudes y actitudes de tu equipo. Todas las personas son distintas, y aunque ocupen puestos iguales, la capacidad de reacción ante el liderazgo puede ser muy distinta.
Por ello, ante la entrega de una instrucción, el líder debe echar mano de sus recursos de contacto significativo para minimizar el sesgo de interpretación.
¿Esto qué implica para ti? Uno, mucho conocimiento de tu gente; dos, mucha capacidad de autogestión; tres, habilidad para adecuar el “delivery” del mensaje.
Nadie ha dicho que ser líder sea fácil, menos en el contexto de negocios; pero incorporando conceptos como este te vas acercando a la eficiencia y eficacia que tanto buscas. ¿Estás dispuesto a probar?
Jesús Meza