Nos escandalizábamos porque en 1929 un presidente de México entronizó en el poder a su camarilla a través de un partido político.
Nos escandalizábamos porque ese presidente y los que le siguieron fustigaron, persiguieron y encarcelaron a opositores.
Nos escandalizábamos porque ese partido llegó a tener, descaradamente, un sector militar como uno de sus pilares para mantenerse en el poder.
Nos escandalizábamos de que ese partido compró, sobornó o coaccionó a intelectuales de su época para que sus posiciones públicas estuvieran alineadas con el régimen y no se atrevieran a cuestionar los usos y costumbres de la rusticidad política del poder.
Nos escandalizábamos porque en ese México había presos políticos cuya única falta era haber discrepado del presidente imperial en turno.
Nos escandalizábamos porque había asesinatos de defensores de causas sociales en condiciones sumamente sospechosas con elementos suficientes para creer que eran fraguados desde el poder.
Nos escandalizábamos porque solo los allegados al presidente se enriquecían de la nada y sus negocios estaban ocultos en la más oscura noche de la opacidad gubernamental.
No escandalizábamos de que los más corruptos e ineptos funcionarios públicos gozaban de total impunidad si eran sumisos, leales y arrastrados ante el presidente en turno.
Nos escandalizábamos de que familiares del poderoso fueran coyotes de luxe para permitir negocios ilícitos, pero multimillonarios entre particulares y el gobierno.
Nos escandalizábamos de que los funcionarios públicos estuvieran coludidos con bandas criminales.
Nos escandalizábamos de que desde el poder se imponía una visión única de la realidad nacional aún en contra de la terca realidad.
Nos escandalizábamos de que los periodistas críticos eran condenados y perseguidos desde el poder y sus medios de comunicación hostigados y boicoteados para que cerraran.
Nos escandalizábamos de que había prebendas, privilegios y dinero público para los aplaudidores del régimen.
Nos escandalizábamos de que se quisiera controlar las elecciones y que desde el poder se designara a quien sería el próximo presidente.
Nos escandalizábamos.
Antes . _
