Millones de personas morirán antes de que termine la pandemia del covid-19. La mayoría de las muertes no serán causadas por el virus, sino por los efectos de la pandemia sobre la salud pública y la economía mundial. Habrá menos acceso a las medicinas contra las otras enfermedades, por lo que aumentarán las muertes causadas por ellas, como el paludismo y el sida. Y habrá más hambre. Según la FAO, un total de 265 millones de personas pueden ser empujadas a la muerte por inanición en el curso de 2020, por la perturbación de las cadenas de producción de alimentos en el mundo.
Es vital una solución. Algunos pronostican que, en 2021, una vacuna eficaz contra el covid-19 será producida en masa, haciendo posible que una parte suficientemente grande de la población mundial (entre 30 y 60 por ciento) pueda ser inmunizada, con lo que sería frenada la pandemia. Más de 150 vacunas están siendo desarrolladas en la actualidad, con seis de ellas en la fase final de validación internacional. Si alguna de ellas llega a estar lista en el mercado en el curso de 2021, será por mucho la vacuna producida más rápido en la historia de la medicina. Ese título lo tiene hoy la vacuna contra las paperas, que tomó cuatro años (la vacuna contra el dengue, en cambio, tomó 76 años).
La empresa de fármacos AstraZeneca trabaja con la Universidad de Oxford en el desarrollo de una vacuna contra el covid-19. La vacuna cruzó ya los primeros pasos de validación internacional y está entrando a la fase final, con pruebas hechas en humanos a gran escala. Héctor Aguilar Camín informó antier que el ingeniero Carlos Slim pactó con la empresa para empezar a producirla industrialmente desde ahora en México y Argentina, antes de que la vacuna pase la fase final. Si la propuesta de vacuna no aprueba esta fase, se perderá la inversión y la producción de la vacuna; pero si la aprueba, como es probable, se habrán ganado muchos meses, y toda la producción mexicana y argentina (180 millones de dosis, en un inicio) se puede aplicar masivamente hacia principios o mediados de 2021.
Pero algo así no será suficiente, afirma Bill Gates en una entrevista con la editora en jefe del Economist. Gates es uno de los filántropos más importantes del mundo por medio de la Fundación Bill & Melinda Gates. Ha dedicado él mismo mucho de su tiempo al estudio de los virus y las vacunas. Ha donado más de 350 millones de dólares a la causa contra el covid-19. Está dispuesto a donar muchos millones más, pero hay un límite al dinero que pueden ofrecen las donaciones privadas, pues los gobiernos deben liderar, ellos mismos, la causa contra la pandemia, piensa Gates. Uno, porque la infraestructura sanitaria que ofrecen es la que tendrá que ser utilizada para la distribución de la vacuna y, dos, porque es la única forma de que haya apoyo y confianza en el público hacia la vacuna. Son enormes los prejuicios contra la vacuna: una encuesta reciente de Gallup descubrió que uno de cada tres americanos no aceptará una vacuna aprobada por su propio gobierno, ni siquiera si fuera gratuita. Por eso es importante que los gobiernos asuman plenamente el liderazgo contra la pandemia. “Los gobiernos han ofrecido hasta ahora apenas 10 mil millones de dólares al esfuerzo global para producir y distribuir una vacuna”, dice The Economist. “Eso no es suficiente”.
Investigador de la UNAM (Cialc)
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