Política

La furia trumpiana y nuestro silencio

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Los más recientes datos muestran que la furia de Donald Trump contra los migrantes en Estados Unidos está siendo lo que el presidente estadunidense quiere. Según el último reporte de The New York Times, para la primera semana de agosto las deportaciones alcanzaron a casi mil 500 personas por día desde que tomó posesión, un ritmo no visto desde la administración Obama.

Las cosas solo se pondrán peor en la medida en que los 76 mil millones de dólares adicionales que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas tendrá en los próximos cuatro años comiencen a traducirse en agentes por todo el país. A este ritmo, las deportaciones podrían sumar 400 mil personas un año, casi el doble que las del último año de Biden.

El éxito que esto provoca políticamente para Trump y los republicanos va agregando un factor más al embate antimigrante: cada vez más, gobernadores republicanos dirigen a sus fuerzas policiacas locales a funcionar como agentes migratorios. Más la bronca que el gobierno federal tiene con las ciudades llamadas “santuario”, en las que los alcaldes prohíben a sus policías actuar como agentes migratorios o siquiera averiguar la situación migratoria de los habitantes.

Al país siguen llegando aviones con deportados, pero en las últimas semanas, después del escandaloso espectáculo de las detenciones en las calles de Los Ángeles, el tema parece haber desaparecido de la discusión pública mexicana —más allá de nuestras típicas cursilerías de cuánto los queremos y hasta billetes de lotería les dedicamos—, pero las cosas solo se han puesto peor; cada vez más detenciones, más arrestos, más deportaciones, más cárceles construidas o ampliadas para llenarlas de migrantes.

El gobierno se la ha pasado, repito, haciendo las lógicas económicas y humanitarias desde la mañanera para criticar las medidas trumpianas. Pero es un absurdo pensar que eso lo detendrá.

Lo que no hemos visto es una acción diplomática, un plan para plantear al gobierno estadunidense para al menos regularizar a algunos de los mexicanos que están allá. A cambio de seguir haciendo lo que ya hacemos: los operativos en nuestras fronteras del sur y del norte para impedir más migrantes. Nada indica que eso esté en ninguna mesa. Nada indica que sea parte del tan prometido “acuerdo de seguridad”, que nomás no firma el canciller.

Lo que hay es silencio. Y sí, persecución de migrantes extranjeros en México. Este asunto es de negociación diplomática. No de billetes de lotería.


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Carlos Puig
  • Carlos Puig
  • [email protected]
  • Periodista. Notivox TV, Notivox Diario y digital, de lunes a viernes. Escucho asicomosuena.mx todo el tiempo.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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