A mediados de los años 40, Ciudad de México no podía con la cantidad de habitantes, no cabíamos. Entre 1940 y 1950, la población se había casi duplicado, entre otras cosas porque, por ejemplo, el PIB en 1945 había aumentado 7 por ciento.
La Dirección General de Pensiones Civiles, antecedente del Issste, habló con el arquitecto Mario Pani para que desarrollara 200 viviendas en un terreno de cuatro hectáreas en la hoy colonia Del Valle. Pani regresó con un proyecto de mil 80 viviendas que se acomodarían en edificios altos, liberando suelo del terreno y generando espacio público. Centro Urbano Presidente Miguel Alemán (CUPA), se llamó.
A la fecha, sigue siendo uno de los referentes de vivienda social más destacados en México y el mundo. Decía Mario Pani: “Desde el punto de vista urbanístico, la solución del CUPA, con una solución de vivienda de más de mil habitantes por hectárea, señala el verdadero camino que deben seguir las grandes ciudades modernas”. Les llamamos multifamiliares.
El éxito del CUPA provocó el Centro Urbano Presidente Juárez, en la colonia Roma (mil departamentos más y 63 casas unifamiliares), y después, en su más avanzado desarrollo de la misma idea, en Tlatelolco con 11 mil 900 departamentos. La ciudad siguió creciendo y en los 60 una nueva generación de estas construcciones siguió. Entre las más destacadas, la de Plateros con 704 departamentos o la Unidad John F. Kennedy (3 mil departamentos).
Otros arquitectos, apoyados y financiados por los gobiernos de aquellos años, tomaron la idea y siguieron construyendo unidades habitacionales: ahí está la Villa Olímpica (904 departamentos).
Los desarrollos permitían a los trabajadores del gobierno estar cerca de sus oficinas, tener acceso rápido y cómodo a servicios y modos de transporte y a actividades dentro de la unidad.
Pero aún más importante, como decía Pani: “El primer multifamiliar trataba de demostrar el hecho de que podía vivirse en una gran comunidad, a diferencia de lo que se acostumbraba en México, o sea, la vida aislada y separada entre sí”.
Desde los 70 este concepto se abandonó. Olvidamos a Pani y el absoluto éxito que había tenido frente al crecimiento de la ciudad.
Vivienda social, se cansan de decir en la 4T. Ahí está la lección de Mario Pani, no hay que inventar el hilo negro.
* Algunos datos y citas vienen de la investigación de Jaime Alberto Sarmiento Ocampo. Arquitecto colombiano e investigador de vivienda social