Como ha quedado claro desde el principio de este sexenio, la colaboración entre las fuerzas de seguridad e inteligencia de México y Estados Unidos es intensa, seria y ya ha rendido frutos.
Como escribí aquí la semana pasada, lo de que está a punto de poner la firma en una hoja de papel que recuerde esta colaboración es irrelevante.
No creo que haya un cambio de rumbo más profundo, más importante de este gobierno al anterior que el combate a los delitos de grupos criminales, como el tráfico de drogas o el huachicol, así como la colaboración con los estadunidenses con quienes durante el sexenio pasado se detuvo esa colaboración.
En medio de este nuevo escenario es que ahora El Mayo Zambada, a través de sus abogados, ha decidido declararse culpable de los delitos que le imputan para alcanzar beneficios en sentencia y, seguramente, proveer información que ayude a ese combate.
En esto creo que hay que insistir. El Mayo es valioso por su conocimiento de lo que pasa en el mundo criminal que vive de lo que produce y transporta a Estados Unidos. Ese será el interés estadunidense para con el nuevo arreglo con México, ser más eficientes en sus operaciones. No lo descarto, pero no me sorprendería que lo que diga El Mayo no tenga que ver con políticos del pasado y tal vez del momento, menos si son del gobierno con el que hoy Estados Unidos trabaja coordinadamente.
En el sexenio anterior la DEA era una agencia criticada muchas veces desde la tribuna mañanera por parte del ex presidente López Obrador. De hecho, se rompió buena parte de la relación con la agencia antidrogas estadunidense. Ayer quedó por escrito el cambio.
En un boletín oficial se anunció que “la DEA ha lanzado un programa de capacitación y colaboración de varias semanas en uno de sus centros de inteligencia en la frontera suroeste. El programa reúne a investigadores mexicanos con la policía estadunidense, fiscales, funcionarios de defensa y miembros de la comunidad de inteligencia. En el transcurso de varias semanas, los participantes identificarán objetivos conjuntos, desarrollarán estrategias de aplicación coordinadas y fortalecerán el intercambio de inteligencia”.
En palabras del jefe de la DEA, estarán “operando codo con codo con nuestros socios mexicanos y aportando toda la fuerza del gobierno de Estados Unidos”.