El lunes en Nueva York, en la conferencia de prensa para celebrar y presumir de parte del gobierno de Estados Unidos la declaración de Ismael El Mayo Zambada declarándose culpable de crímenes que lo tendrán en prisión el resto de sus días, estuvieron:
Pamela Bondi, fiscal general de Estados Unidos; Terrance Cole, jefe (administrador, le llaman ellos) de la Drug Enforcement Administration (DEA); Derek Gordon, director ejecutivo adjunto de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional; Chad Yarbrough, director de operaciones del FBI; Matthew Galeotti, segundo de la fiscalía federal; Joseph Nocella, fiscal del Distrito Este de Nueva York; Jason Quiñones, fiscal del Distrito Sur de Florida, y Justin Simmons, fiscal del Distrito Oeste de Texas.
Ayer en la Casa Blanca, Trump tuvo una “junta de gabinete” que duró tres horas y cuarto y se transmitió completa en vivo. Puse comillas porque no fue una “junta”, sino una larga lista de elogios para Trump de parte de los miembros del gabinete que decidieron decir algo (casi todos).
La fiscal Bondi, sentada frente a Trump, se extendió hablando de lo de Zambada y de la lucha contra el fentanilo y las drogas a nivel internacional que, dijo, es gracias al mandato de Trump, y de cómo no se detendrán. El presidente de Estados Unidos sonreía.
Según nos ha dicho la presidenta Sheinbaum, en los próximos días o semanas se firmará un acuerdo de cooperación en asuntos de seguridad entre el secretario Marco Rubio y el canciller Juan Ramón de la Fuente. No tengo claro por qué firmarán ese acuerdo quienes, se supone, lo firmarán
Marco Rubio, que no estuvo en la conferencia del lunes, ayer felicitó brevemente al equipo que agarró a El Mayo, pero su tema fue la migración, la cooperación de muchos países en ese tema, “Trump ha redefinido fronteras”, y habló de las guerras en otros continentes. Ni Bondi ni Rubio mencionaron a México.
No sé si Bondi, Cole o Gordon le toman la llamada a Rubio.
No he visto al canciller en muchas partes, menos en la mañanera cuando se informa de seguridad.
Tal vez es mi memoria, pero en muchos años de cubrir la política estadunidense no recuerdo una conferencia de prensa con ese tamaño de personajes del aparato de seguridad y justicia estadunidense juntos, menos para celebrar una autodeclaración de culpabilidad de un criminal y al otro día ver que se presuma el logro, en vivo, frente al presidente para darle crédito. Tal vez la cancillería tenga otros datos.