Para cada problema complejo hay una respuesta clara, simple y equivocada.
H. L. Mencken
Todas las irregularidades, verdades a medias, voluntarismo e incumplimiento de normas en un proyecto emblema como el Tren Maya resultan simbólicos del estilo de gobernar de Andrés Manuel López Obrador, un político lleno de simbolismos que deja rastros de su estilo de gobierno en cada acción.
Acompáñenme al ejercicio de reflexión:
- Se parte de un diagnóstico a ras de piso donde efectivamente el sur ha estado olvidado y no existe una estrategia lo suficientemente robusta para que el desarrollo alcance a estas zonas con alto potencial.
-El diagnóstico acertado permite entender al grueso de la población y su ansia de justicia y de mayores oportunidades.
- Las soluciones que se proponen son también de ras de piso, con decisiones salomónicas y proyectos faraónicos que son panaceas para problemas mucho más complejos que un proyecto de infraestructura.
- La implementación de las soluciones es tan impetuosa como imprecisa, con un desdén por las técnicas, la ciencia y las leyes que pueden resultar en grandes desastres y agravar situaciones de desventaja, con daños ecológicos irreversibles, por ejemplo.
- La obediencia ciega de quienes se benefician de las obras, de quienes tienen un puesto político y no se atreven siquiera a esbozar la posibilidad del diálogo, sean del partido oficial o la oposición.
- La voluntad del líder-héroe por encima del Estado de Derecho y su palabra como verdad absoluta.
Así se ha ido construyendo el Tren Maya y el resto de las acciones de gobierno, por encima de la ley, por debajo del velo de las mañaneras y sin escuchar a nadie más.
Signos indudables de autoritarismo, voluntarismo y apegados a soluciones simplonas como ineficaces, con AMLO sólo hay de dos sopas: su verdad o traición a la patria que él dice representar y que cada vez duda más de él mismo. Los riesgos son reales y las consecuencias nos alcanzan a todos, aunque nos neguemos a verlas.
A la oposición, por su parte, le hace falta más sociedad civil, más universidades, más diálogo y conocimiento y menos mercadotecnia cara y de mala calidad, que poco dice y nada transmite.
Posdata: el PVEM ni sus luces en los daños ambientales de los proyectos emblema… a nadie nos sirve un partido verde que solo ve ese color en el dinero y sus intereses.
Carlos Pérez