EEUU se ha ostentado como el país de las libertades, pero ahora está a la vanguardia de los movimientos más conservadores que azotan occidente. La regresión autoritaria es en contra de las mujeres.
El borrador de opinión mayoritaria de la Suprema Corte de Justicia, que propone derogar la protección constitucional de las mujeres en materia de aborto -reconocida desde hace casi 50 años con el mítico fallo Roe v. Wade-, representaría un retroceso grave en las libertades civiles.
No se trata únicamente de invalidar el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, sino del precedente que deja para otros derechos considerados históricamente “ganados”. Es curioso, la mayoría ultraconservadora de la Corte se ha negado siquiera a considerar limitar el derecho a poseer armas de fuego (en beneficio, principalmente, de los hombres), pero se vuelca a penalizar a las mujeres por sus decisiones de maternidad.
Según el juez Samuel Alito, autor del documento filtrado, el derecho de las mujeres a decidir “es una acción que no está profundamente arraigada en la historia y tradiciones de la nación”. La ironía: EEUU fue uno de los primeros países en despenalizar el aborto; el segundo de América (sólo después de Cuba). Aún más, siete de cada 10 estadounidenses están en contra de la derogación de la ley vigente (bit.ly/37JmtOJ).
De aprobarse la resolución -la discusión está prevista para junio o julio-, no podría entenderse sino como una decisión cuyo único sustento responde a dogmas de fe, no a evidencia.
En lo personal desearía que no hubiera abortos, pero penalizarlo no reduce la práctica, sólo aumenta el riesgo de quienes deciden hacerlo de forma clandestina. En 2019, EEUU reportaba casi 630 mil abortos y solo dos muertes. En México, dónde apenas ocho entidades federativas han despenalizado el aborto, se estima que hay entre 750 mil y un millón de abortos clandestinos al año, con 6 mil muertes vinculadas; las mujeres más pobres y vulnerables. Por cierto, en Jalisco el aborto sigue siendo ilegal.
En su calidad de líder de los países occidentales, lo que sucede en EEUU marca pauta y genera un efecto dominó conservador en otros países. Ningún derecho ganado es permanente.
Iván Moreno
Twitter: @carlosivanmoren