Cada cierto tiempo la humanidad experimenta cambios relevantes en la forma en la que se conceptualiza la industria, el empleo y el trabajo.
Recordemos que hace dos siglos, la llamada revolución industrial, trajo consigo un nuevo tipo de industria, las máquinas reinventaron la forma en la que nos desempeñábamos, la fuerza laboral entro en un esquema casi similar a nivel mundial, aparecieron las jornadas de trabajo de tiempo completo y dentro de un horario determinado, más tarde mediante la aparición de sindicatos se desarrollaron algunos beneficios para la clase trabajadora y poco a poco, sin grandes cambios, esta es la forma de trabajo que se ha impuesto a nivel global.
Sin embargo, no podemos negar que estamos en un momento de la historia en el que los grandes avances tecnológicos y las situaciones emergentes, como la pandemia, están obligando a la industria mundial a generar nuevos tipos y formas de trabajo.
El surgimiento y posicionamiento de internet, así como de un sinfín de aplicaciones móviles que han llegado para romper los paradigmas y dogmas del pasado en torno a las relaciones laborales, nos obliga a dar una revisión objetiva acerca del proceso y modelo laboral que dichas empresas tecnológicas nos ofrecen.
Aplicaciones como Uber, Didi, Beat y muchas más, ofrecen a una persona la oportunidad de autoemplearse y ganar dinero, pero sin que las personas adquieran los beneficios obligatorios por ley que una empresa de otra naturaleza debería de ofrecerles.
Habrá quien esté a favor o en contra de este tipo de relaciones laborales, sin embargo, lo que no puede negarse es que las personas que participan en este tipo de esquemas de “autoempleo” obtienen grandes beneficios y no se diga de las ganancias millonarias de las empresas desarrolladoras.
Si hablamos de la experiencia del consumidor, para nadie es un secreto que los prestadores de servicios de estas aplicaciones proveen un servicio de mejor relación entre costo-beneficio, comparándolo con la contratación de una empresa tradicional; lo que representa una enorme ventaja para el cliente.
De igual forma el “trabajador” cumple con su jornada laboral a voluntad y se convierte en un empleado por objetivos, ya que para generar ganancias el debe cumplir con los servicios que le contratan y no con una especifica jornada de trabajo, además de no pagar impuestos por el servicio prestado.
Es muy pronto para anticipar el futuro legal de estas formas de trabajo, pero, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social está planeando en este próximo septiembre presentar ante el consejo de la unión un proyecto para reformar la Ley Federal del Trabajo y reconocer las relaciones laborales entre las desarrolladoras y todos sus prestadores de servicio.
Se desconocen aún las regulaciones propuestas, pero es necesario que entendamos que la tecnología ha cambiado completamente nuestra forma de vida, que el surgimiento de aplicaciones de servicios, hotelería informal, servicios de comida, créditos y demás son exitosas por que el usuario así lo ha determinado, la regulación propuesta debe ser una regulación moderna que facilite la operación de estas aplicaciones y no que las ahuyente.
Que entienda a la nueva economía, para que las regulaciones laborales o fiscales, no atenten contra el eficiente servicio que estas desarrolladoras prestan y que a su vez dicte las normativas claras y objetivas para que sus prestadores de servicio las entiendan.