Actualmente vivimos en nuestro país tiempos muy convulsos.
Por un lado, tenemos la inevitable pandemia, que trastocado todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida y por otro lado tenemos la situación política de nuestro país, que lamentablemente día tras día se roba las principales planas de la prensa, debido al sin fin de sandeces que se cometen a lo largo de la república producto de una deficiente clase política que, solo en honrosas ocasiones, dista mucho de lo que el pueblo mexicano merece y sobre todo, necesita.
En otros países, la tercera ola de covid19 continúa poniendo en jaque países y economías enteras.
Somos testigos de noticias devastadoras en India, Brasil, África y vemos también como Europa sigue mandando a confinamiento y aquí pareciera que este letal virus ya no existe.
Lejos de llamar a la cordura o a la cautela, nuestro Presidente se encarga de marcar agenda con cuanta situación se le ocurre, para desviar la atención del desmadre que tenemos como país.
López Obrador, es un maestro en el arte del escapismo y cual Houdini electoral, aprovecha sus mañaneras para enarbolar un discurso de descalificación ante sus oponentes y termina metiéndose directamente en las campañas.
Busca provocar a las Instituciones que lo regulan, para según él después, aparecer como un mártir ante las garras insaciables de sus oponentes.
Esta semana tendremos un episodio novelesco más, cuando se determine si se aprueba o no la llamada “Ley Zaldívar”, la cual, mediante un artículo transitorio, pretende extender el período de mandato al frente de la suprema corte de Justicia de la nación, del Ministro Presidente Lic. Arturo Saldívar.
De aprobarse esta ley, se estaría asentando un precedente peligroso para la nación, ya que se estaría modificando la constitución, para favorecer a los intereses de una persona, llámese ministro o Presidente de México.
Debemos ser cautelosos con lo que está pasando en nuestro país, no podemos permitir que se transgreda la constitución por el capricho presidencial, de lo contrario, en cualquier momento nuestra carta magna podría quedar a la merced de los intereses políticos de alguien.
Es notorio que AMLO, se ha dado cuenta de que el camino para lograr la mayoría en el congreso en las próximas elecciones se ha complicado, por eso lo veremos día a día metiéndose en el juego electoral para buscar ganar lo más posible.
Nuestro Presidente sigue en campaña, no entiende que el ya gobierna y es por esa situación que México se encuentra en la peor crisis de su historia, seguimos escuchando a un candidato, y no a un presidente.