Esta semana el gobierno federal ha declarado el término de la jornada de “Sana Distancia”.
Fueron 70 días desde aquel lejano 23 de marzo, en el que se hizo un llamado a extremar las medidas de cuidado por la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.
Parece ser que las medidas en México comienzan a relajarse, en contra de toda opinión, cuando el número de contagios no cede.
En la última semana hemos mantenido un promedio de 3 mil nuevos casos diarios y un acumulado ya de 10 mil fallecidos.
En todas las gráficas que se presentan en los informes oficiales, queda de manifiesto que no existe un aplanamiento de curva, que no estamos de salida y mucho menos que hemos dominado esta pandemia.
¿Para qué relajar las medidas precautorias?, es muy lamentable la cantidad de vidas humanas que se han perdido, somos ya el octavo país con más muertes en el mundo por esta causa, pero si nos relajamos, podemos entrar en un escenario verdaderamente escalofriante.
Si el dichoso semáforo indica rojo para prácticamente todo el país, para que terminar esta jornada de sana distancia.
Para que entrar en la nueva normalidad, si nos están diciendo que estamos en el máximo riesgo.
Este gobierno se ha caracterizado por muchas incongruencias, pero la desinformación y el descontrol que está generando con estos mensajes encontrados, no hace más que evidenciar la falta de compromiso que existe con el ciudadano.
Que podemos pensar de un Presidente, que, en el peor momento de la crisis de salud, comienza sus giras para supervisar sus obras faraónicas, poniendo un pésimo ejemplo a sus fieles, incluso arriesgándolos a costa de la promoción de sus obras estandarte.
Solo el tiempo nos dirá si estos 70 días fueron suficientes para que comprendiéramos que debemos de cuidar de nosotros mismos y de los demás, que solamente con nuestro esfuerzo podemos superar esto.
Solo el tiempo nos dirá, si el regreso a esta nueva normalidad, no se transforma en una de las decisiones peor tomadas por esta 4T, y vaya que hay tela de donde cortar.
