La entrega del Oscar acaba de pasar y la euforia por el cine está en su máximo, una de las películas consentidas del 2019 fue el Joker, en nuestro país se le conoce como el Guasón y la verdad es que no podíamos llamarle mejor.
El Joker, es una persona malévola y egocéntrica que busca escalar en la suma de poder a través de una serie de perversidades, de las cuáles hace mofa y se vanagloria.
Este villano, creado por DC comics, ha sido motivo de estudios y tesis completas por la complejidad que ocasiona su manera de ser y sobre todo por lo turbio de sus intenciones, muchas de las veces se ha considerado que el Joker ve el mundo de una única forma, la suya y no acepta otra realidad más que la que desea imponer.
“A veces solamente le gusta ver arder el mundo”, reza así una descripción de su accionar en una de las películas del hombre murciélago.
Pues bien, no solo ciudad Gótica tiene en sus entrañas a este personaje tan icónico.
Por estos rumbos, tenemos también a nuestro Guasón, solo que el nuestro no vive oculto en el bajo mundo, le encantan los reflectores y disfraza sus errores y perversidades con acciones que en verdad parecen una broma o una tomadura de pelo.
Hace gala de su narcisismo y vive de igual forma en una realidad que solo él conoce, una única realidad para la cual no acepta crítica y ante cualquier problema que pueda enfrentar, hace gala de sus cualidades bufonas, acusando a los malos con sus abuelitas, haciendo reformas inexplicables, expresando el elocuente “fuchi,caca” a los corruptos, aventando cortinas de humo y cuando nada funciona saca su arma secreta….La Rifa.
En ciudad Gótica, la decadencia social dio forma a un personaje enloquecido y hambriento de un poder que termino por consumirlo.
Por este lado, la desesperación y la necesidad social le abrió la puerta a otro personaje, que de igual forma parece enloquecer día a día, por sus ansias de ser comparado con un héroe nacional.
Lo bueno es que al final, a pesar de todo el desmadre que el Joker generaba, llegaba Batman y lograba contenerlo. Pero aquí, ¿Quién detiene a nuestro Guasón?