Supongamos que estamos viajando por el país vecino y que poco después de la hora del almuerzo, recibimos un mensaje en nuestro celular, y luego recibimos otro mensaje y otro y otro……en algunos casos hasta 15 veces, todos con el título de “President Alert”, un mensaje que desde el título nos obliga a ponerle atención y que lejos de hacer caso omiso, lo atendemos, por qué no somos los únicos que lo reciben, no es un mensaje más de nuestra operadora de telefonía recordándonos alguna venta especial, o nuestro banco que nos invita a pagar las cuentas pendientes, se trata ni más ni menos que de una alerta presidencial, a nuestro alrededor comienzan en sintonía a escucharse los tonos de aviso de mensajes de la gente que ahí se encuentra. Pues bien, esto fue lo que sucedió el pasado miércoles en Estados Unidos muy cerca de la una y quince minutos de la tarde.
Y es aquí donde nuevamente se abre el debate para saber, que tan seguras y confiables son nuestras comunicaciones. La alerta presidencial, es una iniciativa de FEMA (Agencia Federal de Manejo de Emergencias), la cual siempre ha tenido avisos de alertas en radio y televisión, pero que ahora, después de aquel fallido mensaje de “Alerta de Mísil Balístico “ que fue enviado a Hawái, decidió probar esta propuesta logrando que más de 200 millones de celulares en territorio norteamericano la recibieran, incluyendo los dispositivos de turistas y visitantes, dispositivos en exhibición en tiendas y dispositivos sin tarjeta SIM. Esto ha escandalizado a algunos sectores quienes se han lanzado contra su gobierno argumentando teorías de conspiración, que mucho les encantan a nuestros vecinos, robos de información confidencial, traumas por avisos equívocos y sobre todo la obligación de escuchar avisos presidenciales. Esto último cobra mucha relevancia y preocupa más que lo mencionado, ya que al célebre Presidente Trump, le encanta enviar mensajes de Twitter, en especial cuando se siente atacado y eso a más de un estadounidense le ésta quitando el sueño, nadie desea una avalancha de mensajes de su presidente criticando actitudes de deportistas, despotricando contra la prensa de su país, agrediendo a las comunidades transgénero o poniendo en riesgo la paz mundial llamando “gordito y bajito” a mandatarios de otros países. Lo que es cierto es que, queda demostrado que las comunicaciones pueden ser vulneradas, en este caso con nobles propósitos, pero vulneradas al fin y que mediante un derroche de tecnología la privacidad de nuestros celulares puede verse afectada por agentes externos. Como un capítulo más de tecnología contra moral, se abre un debate sobre el uso de este tipo de alertas. Se ha mencionado que solamente personal específico de FEMA podrá emitir estas alertas, podrán en verdad detener al personaje más poderoso e influyente de occidente y restringirle el acceso, por el bien del mundo esperemos que sí.
Ahora imaginemos ese sistema en nuestro país.
También puede ser utilizado para alertar sobre importantes fenómenos naturales y fenómenos militares, pero ¿podríamos mantenerlo fuera de los procesos electorales? Estamos en camino de tener un proceso de transición histórico, en medio del cual se encuentra un personaje polémico, que a pesar de no dejar de dar la nota día a día con nuevos compromisos, con su cuarta transformación, con sus discursos de paz y sus mensajes jocosos, que dicho sea de paso a muchos encantan, va enmascarando su estrategia electoral del futuro.
A AMLO le encanta hacer campaña, es donde se ha pasado los últimos doce años y parece que lo convirtieron en un experto, lo vemos con claridad en la designación de sus coordinadores “electorales”, perdón, estatales y en su iniciativa de revocación de mandato, disfraz que utiliza, y que tiene como finalidad apuntalar su presencia e imagen de cara a las elecciones intermedias de 2021, favoreciendo solo a él y su partido.
Con este tipo de herramientas, estaríamos recibiendo, queramos o no, información presidencial, posicionando un gobierno e integrándose en la consciencia colectiva. Seríamos capaces de mantener a nuestro presidente lejos de este tipo de herramientas tecnológicas. Por el bien de México esperemos que sí.