Ante la elección del pasado martes en Estados Unidos, podría ser pertinente la pregunta: ¿hacia dónde vamos? Algunos responderán que vamos en sentido contrario u otros más pesimistas dirán que no vamos hacia ningún lugar porque hemos perdido el sentido, en particular, el sentido común.
Después de la elección del martes, voces de críticos y estudiosos de las democracias se han pronunciado, por ejemplo, Ricardo Becerra en su artículo semanal hace un recuento de algunas reflexiones y de ahí destaco la de Adam Przeworsky: “el hecho de que la gente vote a Trump y él gane es totalmente democrático. ¿Pero por qué votaron a alguien así? Gran parte de su base electoral, votó contra sus intereses”. Parece que estamos frente a un hecho fundacional y la época de nuevas comprensiones y definiciones. ¿Podremos entender el electorado?, ¿qué nos dice el resultado sobre la insatisfacción con la democracia?, ¿hacia dónde nos dirigimos o en qué sentido?
El mismo Przeworski señala en un artículo recuperado en Nexos que para él, “la principal culpable detrás de la insatisfacción generalizada con las instituciones representativas es la desigualdad política, fruto de la influencia del dinero sobre la política (…) para que las fuerzas políticas en conflicto vuelvan a confiar en los métodos democráticos, los defensores de la democracia deben ofrecer una perspectiva de futuro que busque mejorar las instituciones representativas.”
Pero ¿cómo mejorar esas instituciones representativas? Aquí algunas ideas.
La primera de las formas de mejorar es convocando a la ciudadanía a participar de manera genuina, autónoma, activa, permanentemente e institucionalizada, acciones concretas como los mini públicos, instituciones participativas, participación ciudadana, mecanismos de democracia directa y formas menos burocráticas de involucramiento ciudadano juegan un rol fundamental en el sentido en el que debemos conducir nuestra democracia.
La segunda, recordando a Victoria Camps, es adoptando virtudes públicas como un modo de vida: la solidaridad, la responsabilidad y la tolerancia deben ser nuestro modelo de comportarnos en lo público, que no nos sea ajeno el dolor de una mujer desaparecida o de una familia que perdió a su hija y a su nieto en las manos de un asesino en Colima; que seamos responsables de nuestros actos, pero también responsables de nuestros no actos, de nuestra ausencia de participación, nuestra ausencia de preocupación por cuidar el espacio público o lo público y tolerantes con todo menos con la intolerancia. Tolerantes para romper las polarizaciones globales provocadas por la desigualdad económica, las diferencias ideológicas y la disputa generacional.
Y, por último, se mejoran las instituciones representativas yendo en sentido democrático con conciencia de ciudad, como afirma Mauricio Merino, con la conciencia de ser titulares de derechos, con la conciencia de que la democracia es nuestra, el Estado es nuestro y las instituciones son nuestras, y lo cito en un seminario que impartió para el IEPC Jalisco y su Centro de Estudios: “nosotros somos las personas que encarnamos la vida pública. No debemos confundir la reconfiguración del sistema de partidos con el ejercicio de nuestros derechos de participación.”
No sé hacia dónde vamos, pero sí cómo debemos ir: en Sentido Democrático, en el sentido donde el ejercicio de derechos políticos se da no solo en los partidos sino en las calles con formas creativas de participación ciudadana, pero con la apropiación de lo público, con el ejercicio de virtudes públicas como la responsabilidad, la solidaridad y la tolerancia. En sentido democrático para distinguir entre lo falso y lo verdadero en las redes sociales, para no difundir una noticia falsa y mucho menos que ejerza violencia digital en contra de las mujeres. En sentido democrático para recuperar el sentido común sobre lo público, que es de todos y todas. En sentido democrático para reconocer la pluralidad de nuestro estado con 8 fuerzas políticas en el Congreso, pero también para reconocer la mayoría a nivel federal. En sentido democrático para encontrar la unidad en lo fundamental, como diría Mariano Otero, para superar las polarizaciones, para incluir a todas las personas en el ejercicio de la política y para valorizar la democracia, hoy que su valor está en duda.
Por todo el anterior, el IEPC Jalisco abre sus puertas a través del estreno de Sentido Democrático, un proyecto de pedagogía pública realizado en conjunto con Jalisco TV para difundir la cultura democrática, la labor del IEPC y de las instituciones electorales, los principales resultados, retos y sobre todo para cuidar la democracia de Jalisco. No se lo pierdan los miércoles y viernes a las 18:30 por la señal de Jalisco TV y posteriormente en las redes sociales del canal y del Instituto. Hacia donde vayamos, pero vayamos en sentido democrático.